Fanáticos agradecidos
Vuelven Harry y Lloyd, para sorpresa de seguidores de Tonto y Retonto, una película que significó una suerte de clásico, dentro de una manera específica de hacer humor, para un cúmulo de seguidores. En 1994, los Farrelly se la jugaron con un torbellino de gags desopilantes repartidos entre distintas formas de irreverencia e incorrección política, algo que para muchos resultó un sinfín de risas y carcajadas, mientras que para otros una ridiculez absoluta.
Si bien han transcurrido veinte años, en Tonto y Retonto 2 las cosas no cambian demasiado respecto de la proyección que sirvió de apertura; los chistes mantienen el mismo nivel de grosería y el desarrollo de la historia se percibe también muy similar al de la cinta de los ’90. La fórmula se repite, probablemente con menos poder sorpresivo, pero es correcto afirmar que se trata de una más que digna secuela que funciona especialmente para entendidos y fanáticos de la predecesora. Para quienes no le encontraron gracia a la primera será mejor abstenerse.
Harry necesita un trasplante de riñón. Recibe una misiva que parece indicarle que ha sido padre tiempo atrás, por lo que no tiene mejor idea que intentar localizar a su hija para que ésta le done su órgano. Es entonces cuando nuestros protagonistas emprenden un nuevo y alocado viaje, con sus limitaciones y trastornos a cuestas.
Jim Carrey se roba una vez más todas las miradas y es el principal responsable de los momentos más hilarantes que tienen lugar en la historia. El canadiense es el as de la expresión corporal y de las muecas, a niveles inalcanzables para cualquier otro comediante. Es capaz de generar un estallido de risas a partir de lo caricaturesco en que puede convertir sus gestos. Jeff Daniels lo acompaña de buena forma, se trata de un dúo unido por un gran feeling.
Los hermanos Farrelly vuelven a arrasar como una topadora a la hora de dejar su sello y tono humorístico; exponen de modo desenfrenado una serie de situaciones nuevamente vulgares y desagradables que harán descuajeringarse a más de uno. Bromas o bocadillos hay para elegir, algunos algo reiterativos y poco novedosos; otros no muy inesperados pero jugosos. En la balanza pesa mucho más lo que hay por disfrutar y reír que lo que no contagia.
Tonto y Retonto 2 se trata de una segunda parte que ofrece más de lo mismo pero en porciones sabrosas, de las que vale la pena repetirlas. Así como sucedía con la primera, y siempre abarcando el universo comprendido por quienes la apreciaron, resulta de esas comedias que se pueden ver varias veces y gozarlas del mismo modo. Aquí no hay lugar para desmenuzar agujeros en la trama ni nada por el estilo, es simplemente un producto cuyo único propósito es el de brindar entretenimiento a base de eventos sumamente desopilantes.
LO MEJOR: se asemeja a la primera entrega. La química entre Carrey y Daniels. Momentos de carcajadas. Se pasa rápido gracias a su llevadero ritmo.
LO PEOR: algunos chistes reiterativos.
PUNTAJE: 8