Los gansos salvajes
Jim Carrey y Jeff Daniels vuelven en una comedia de enredos, simple y efectiva, zafada e inocente.
El humor de los hermanos Peter y Bob Farrelly hizo eclosión en Hollywood poco antes de que las comedias socarronas y guasas ganaran más y más espacios en las carteleras de los Estados Unidos y del mundo. El chiste con el gel del cabello de Cameron Diaz en Loco por Mary hoy parece de salón.
Los Farrelly inauguraron con Tonto y Retonto (1994) una comicidad que, si quisiéramos encontrarle parangones nacionales, salta sin previo aviso de Biondi a Capusotto. Los personajes también son pavísimos o zafadísimos, y no hay duda de que Ben Stiller le echó el ojo a Lloyd y Harry a la hora de volcar a Derek Zoolander a la pantalla.
Es que Lloyd (Jim Carrey) y Harry (Jeff Daniels) son dos gansos como no debe haber en el mundo real. Los Farrelly hacen hincapié en la confraternidad, el compañerismo y la solidaridad, al igual que en muchos de sus filmes, como bien supremo, aunque tamizado por el humor ridículo.
Para quienes vieron Tonto y Retonto (y la recuerdan) hay muchos puntos de referencia, además de la casa donde vivían los personajes. Pasaron veinte años, pero los muebles son los mismos y el afiche de Bo Derek en la pared resiste el paso del tiempo. Igual que la inocencia de los protagonistas.
Y si en la primera película eran perseguidos por error, aquí las confusiones se mantienen al día. Lloyd ha estado los veinte años internado en un “loquero”, y Harry yendo a visitarlo todas las semanas. Pero Harry necesita un transplante de riñón y, ya verán cómo salen, ambos irán tras el rastro de una hija que Harry no sabía que tenía, para que se lo done. O al menos eso intentan.
Tanto Carrey como Daniels se han probado en relatos no necesariamente humorísticos, aunque al primero las morisquetas, se nota, le salen espontáneas.
Hay chistes de salón, y otros como para taparle los oídos y los ojos a los más pequeños.
Ah, atención que el verdadero final viene después de los créditos, que son igualmente pavotes. Pero la película termina luego de que pasen los títulos. Así que, a quedarse sentados.