Las secuelas separadas por décadas no son fáciles ya que las expectativas están muy altas.
Hemos tenido varios ejemplos, pero más que nada en franquicias, ya sea Ghostbusters:
Afterlife (2021), la trilogía secuela de Star Wars o Indiana Jones y El Reino de la Calavera de Cristal (2008).
Top Gun es un caso distinto ya que es una sola película y un clásico indiscutido tanto en el ámbito cinematográfico como en la Cultura Pop.
Se venía amagando hace rato y cuando estuvo a punto de ser una realidad, el proyecto se detuvo debido a la repentina muerte del director Tony Scott.
Pero Tom Cruise quiso seguir adelante con el proyecto y hay que darle las gracias porque es un peliculón. Una de las mejores secuelas que he visto.
Mantiene no solo la estructura sino el espíritu de la original y el director Joseph Kosinski emula la obra de Scott, lo cual en otro caso sería criticable pero aquí está perfecto.
Es adrenalínica de principio a fin. Con secuencias increíbles, a las cuales le sumó mucho (para el que le importe en modo fan) que Tom Cruise hay hecho la mayoría.
Y hablando de Cruise, ya era una leyenda consolidada pero aquí logra elevar aún más su nivel. Es muy difícil mantener esa frescura y concordancia con un personaje icónico
luego de casi 40 años y estar a la altura.
Aplausos aparte para Milles Teller y todo el equipo de maquillaje porque realmente parece el hijo de Anthony Edwards. Es increíble como podés ver a Goose en cada plano.
Amén de que ayuda muchísimo los muy bien insertados flashbacks.
Jennifer Connelly le da el toque de humanidad a Maverick, tal como lo hizo Kelly McGillis en el film original.
Y la participación de Val Kilmer… lágrimas. (Más aún si viste su documental).
Top Gun es épica, es la secuela perfecta que llega en el momento justo y que debe ser disfrutada primero en una sala de cine y luego incontables veces en el living de tu casa.