"¿Dónde vas, Torrente...?"
En 1999 se estrenó en Argentina "Torrente, el Brazo Tonto de la Ley"; la segunda y tercera entrega no tuvieron distribución el país, ni siquiera en DVD. Ahora, gracias al sistema de proyección digital que abarata costos de distribución, llega la cuarta aventura del desagradable José Luis Torrente. El actor, escritor, productor y director Santiago Segura comenzó desde muy joven a delinear personajes marginales, sexópatas e inadaptados. Torrente es la versión más acabada de sus criaturas. Guarro, corrupto, amoral, sucio, racista y desalmado, es además un perdedor y paria en un sistema que fabrica criaturas como él, pero no tan completas.
Ahora, el ex policía Torrente se ve envuelto en una trama llena de traiciones y sed de venganza. Por motivos que desconoce acaba en la cárcel y para descubrir el por qué debe escapar e iniciar una investigación. Claro que lo hará con la ayuda de los secuaces más frikis que haya mostrado el cine. Segura es hábil para convocar a los más bizarro del medio español. No duden que si hubiera tenido a su alcance a Zulma Lobato la habría incluido en el filme.
El humor de Segura es directo, escatológico, básico y politicamente incorrecto. Pero tiene el mérito de no ser culposo. Al contrario de los Farrelly que manejan un estilo similar, estos necesitan justificarse en un trasfondo moral que de algún modo los redima. Segura no necesita de eso, él va como un cabezazo directo a los dientes, más que tensando la cuerda, rompiéndola, con el único fin de provocar la risa. Ni más, ni menos.
"Ahora hay un negro en la Casa Blanca" se queja ante la tumba de su admirado Fary, cantante popular español fallecido hace un par de años. Tiene sub-alquilado su departamento a "sudacas" indocumentados que valen para él unicamente el dinero que estos le dan y se lamenta por el hecho de que los homosexuales puedan casarse.
La trama queda en segundo plano, está claro que no tuvo interés en desarrollarla y sí en poner la mayor cantidad de gags posibles, como así también en incorporar muchos cameos. Así podemos ver las breves participaciones del Kun Agüero, David Bisbal y el "pipita" Higuaín, por citar a los que pueden ser reconocidos aquí. En pelis anteriores, Segura supo contar nada menos que con José Luis López Vázquez y Oliver Stone.
Esta cuarta entrega de "Torrente" está muy lejos de la calidad de la primera, que nunca fue superada por sus sucesoras. El tono de comedia negra y el buen pulso cinematográfico se perdió a cambio de dar "más de los mismo", slogan con el Segura promocionó oportunamente la segunda entrega. El mismo Segura que prometió seguir haciendo filmes de Torrente siempre que la última sumara un sólo espectador más que la anterior. Está claro que ahora sólo busca satisfacer al espectador medio que no busca la calidad que Segura es capaz de ofrecer, sino una sucesión de gags zafados y apariciones sorpresivas de la fauna mediática española. Y él lo sabe, y lo explota.
Experto en autopromoción, Segura llegó a Buenos Aires para estar presente en el estreno local. Sus películas sólo son conocidas gracias a la web y la posibilidad de bajarlas porque alguien decidió compartirlas; entonces una legión de frikis, snobs y sinceros admiradores de alguien que, a no dudarlo, ama el cine, intentan encontrarlo pese al magro manejo de prensa de la distribuidora que hasta ahora no supo sacarle el jugo mediático a un tipo siempre dispuesto a dar espectáculo.
"Torrente 4 - Lethal Crisis" se presenta en 3D, formato que ayuda a obtener una mayor recaudación y que Segura apenas aprovecha para un par de chistes. Con todo, es de celebrar que aunque no sea lo mejor que pueda dar, igual se estrene en Argentina.