La cuarta entrega del antihéroe español creado por Santiago Segura viene en tres dimensiones, este condimento se suma a lo habitual de Torrente, chistes chabacanos, mujeres desnudas y lugares comunes.
En esta última secuela (que no será la última de la saga), después de caer en una trampa, Torrente se encuentra cara a cara con la cárcel; es allí donde transcurre la mayor parte del film. Vemos las andanzas y las mil un maneras con que Torrente pretende escapar de allí, apadrinado por su tío Gregorio, quién lo cuida de los demás presos; recordemos que Torrente es un ex policía. La trama es sencilla, casi sin argumento, pues lo que interesa al publico de Torrente son los chistes guarros y las ridiculeces del protagonista.
El recurso del 3D esta bastante desaprovechado, son pocas las situaciones en las que esta bien utilizado; la película en 2D hubiese sido exactamente igual. Lo que llama la atención y abunda sobremanera son los cameos, desde la pornostar española María Lapiedra hasta el Pipita Higuain, pasando por un sin fin de personajes casi desconocidos para el publico argentino, muchas figuras españolas, desde cantantes hasta jugadores de fútbol. Realmente una exageración de figuras, cabe recordar que a veces menos es más.
El film es demasiado burdo, y mientras que en la primera película Torrente era una novedad, a esta altura se ha transformado en un cliché andante. Cayendo en todas las banalidades posibles y repitiendo el mismo chiste, una y otra vez. Claro esta que quién va a ver este film espera eso; para los amantes de este personaje tan particular, Torrente 4 es sin duda la favorita de la saga.