Fuera de la ley
La quinta entrega del popular personaje encarnado por Santiago Segura está ambientada en Madrid de 2018. Torrente es expulsado de la ley y enviado a la cárcel, y la película comienza cuando éste abandona la prisión y tiene una nueva misión entre manos: el robo de un casino.
Torrente 5: Operación Eurovegas continúa con el estilo desfachatado y grosero que tanto éxito le dio a la saga española, agregando a figuras en cameos especiales (el torero Jesulín de Ubrique, Falete; Ricardo Darín e Imanol Arias, entre otros), pero lo más atrapante del nuevo eslabón es el equipo que forma Torrente en una graciosa alusión al Ocean`s Eleven, de Clooney.
Junto a una banda de inútiles, llevará adelante el robo y contará la ayuda de uno de los jefes de seguridad del lugar. Como si fuese poco, Torrente deberá quedar bien con un alterado jefe (nada menos que Alec Baldwin, hablando en español e inglés) que parece salido de una película de James Bond.
El film dosifica en exactas cuotas la violencia verbal que viene cargada con todo lo que uno pueda imaginarse, los gags de torpeza física y la acción (el despliegue de producción en la escena final del aeropuerto resulta más que generoso) que encienden los personajes en una trama que se mueve entre engaños, golpes, estafas y una final de futbol que nos involucra. Dentro de la locura generalizada que tiene la historia aparece una anciana que se las trae, la siempre eficaz Chus Lampreave, rostro reconocible del cine de Almodóvar.
Torrente sigue burlándose de sí mismo y de los films del género. Ese mecanismo que resulta reiterativo también se ve eficaz y se pone en marcha para arrancar la risa del espectador.