Un clásico empecinado en persistir
¿Qué podemos decir de una nueva entrega de la saga del clásico y entrañable gamberro de Torrente? En las antípodas de ser un personaje de ley, esta historia comienza justo donde finalizó la anterior versión, con Torrente encarcelado. Saliendo en libertad en un futuro cercano, el ex agente se encuentra con una España cambiada a como la conocía, y ante la falta de carisma de la sociedad para con sus actos valerosos, opta por el camino del delito, y decide arrasar el casino más importante de Madrid en el momento del partido por la copa mundial de futbol, a disputarse entre Argentina y Cataluña. Para ello recurre a un amigo que conoció en la cárcel, y que fue el encargado en la construcción de los sistemas seguridad del casino, el misterioso John Marshall (Alec Baldwin).
La historia de esta nueva entrega es una muy sabida, pues arrastra el clásico coctel de acción y aventuras que viene poniendo en juego desde sus últimas secuelas. En este caso se valdrá de sus inexpertos conocidos compañeros de aventuras para llevar adelante tan delicada misión. Y a pesar de las penurias y problemas por demás, lograrán dar con el abultado botín, repasando con clisés y gags momentos vistos en tantas películas de acción.
Segura con esta quinta versión insiste con el personaje que saca a la luz nuestros lados más perversos, más primitivos, y más soeces del ser humano, convirtiéndolo en un clásico que su público ya está acostumbrado a ver. Con su repetida fórmula de comedia, y chistes vulgares, mostrando más de lo mismo, el recalcitrante policía divierte con su despectiva forma de ser. Con mayor nivel de producción, una atinada puesta en escena y hasta el encanto de tener reparto internacional, la esencia de este nuevo film de Torrente se mantiene fiel a sus espectadores, acompañado de sus amiguetes de siempre, y con la sorpresa de contar con actores de talla como Ricardo Darín e Imanol Arias, aportando en pequeños bolos. A pesar de ese humor banal y primario, el autor les da lo que ya conocen, y no engaña a su público, lleva adelante su estilo de películas, lo que le gusta hacer y lo que su público espera de él. Segura y Torrente, en su doble papel de actor y director, con esta secuela de aventuras se volvió un clásico que, según parece, nunca quiere pasar de moda.