El cine de Santiago Segura se caracteriza por una serie de gestos, gags y temáticas (a veces escatológicas, a veces simplemente absurdas) que encontraron en millares de fanáticos un público fiel, incondicional y prácticamente dispuesto a aceptar cualquier cosa, con tal de volver a ver a su querido personaje en pantalla. Ante esto, Segura -hay que reconocerlo- tiene una actitud digna del mejor profesional del medio: no sólo se esfuerza por satisfacer la sed de sus seguidores, sino también se involucra hasta el último detalle para garantizar un producto al menos técnicamente irreprochable.
Es decir, Segura sabe que para lograr que un chiste funcione hay que tomárselo en serio, y gracias a ello la saga de Torrente puede tener algún que otro altibajo pero jamás peca de estar mal contada.
Torrente V: Operación Eurovegas no es la excepción y el aumento de presupuesto para la producción se nota no sólo en la inclusión de una estrella de Hollywood como Alec Baldwin en el relato, sino en el impactante despliegue de efectos, persecuciones y escenas varias de acción. El argumento no resulta demasiado original -ésta no es una saga que pueda jactarse de tener esa cualidad- pero no importa:
basta con saber que Torrente está de vuelta, recién salido de prisión, más listo que nunca para generar -accidentalmente- el caos, y con el peligroso agregado de ya no ser "el brazo tonto" de la ley, sino ahora estar completamente fuera de ella. Un robo a modo "La Gran Estafa" y un paraíso del juego de azar completan el cocktail.
La estructura se repite y es cierto que, si bien no falta nada (están las pajillas, el humor negro, los insultos, la estupidez y los divertidos cameos de estrellas internacionales como Sabina, Imanol Arias y Ricardo Darín, entre otros), se nota el paso del tiempo en una fórmula que, si bien aún entretiene, comienza a resultar ya un poco gastada. Difícilmente a algún fanático le importe esto, y seguramente no pasará demasiado tiempo hasta que nos encontremos con un Torrente 6 nuevamente en la sala cinematográfica.