Todo puede salir mal, o peor
Quién hubiese imaginado que podríamos estar nuevamente hablando de esta saga que en su primera entrega despertó el interés de fanáticos pero no así del público en general por sus altas dosis de misoginia, racismo, xenofobia y humor soez y procaz. Torrente: Operación Eurovegas (2014) es la puesta al día de el personaje creado por Santiago Segura, quien una vez más se pone en la piel de este policía border que de la coima y el timo ha hecho una permanente oportunidad para conseguir al menos algo de aquello que le falta.
La película inicia cuando el oficial Torrente sale de la cárcel y es convocado, por un contacto que hizo mientras estaba recluso, para realizar un extraordinario asaltos simultáneos a tres casinos por John Marshall (Alec Baldwin). Torrente no estará solo, como siempre una serie de “subnormales” lo ayudarán con el plan y obviamente en el medio algunos obstáculos, desprendidos de la propia inexperiencia de Torrente y de las capacidades disminuidas de los compañeros.
Con una premisa simple y ya vista en otras oportunidades Segura puede construir un relato dinámico que a fuerza de gag e impacto verbal posibilitará no solo la construcción de una comedia clásica que refuerza el humor corporal y el chiste como punto de partica, sino que también logra una denuncia con fuerte veta social/económica. Segura analiza la actualidad de España, y si bien ubica la acción en el año 2018, la corrupción, la crisis y la manipulación política sólo refuerzan un estadío que se visibiliza en la actualidad.
Torrente pide la vuelta al franquismo, porque necesita poder controlar algo que se viene desviando de su lugar y que no consigue recomponer más allá que en anteriores entregas el salga victorioso en cada una de las misiones que se impone. En Torrente: Operación Eurovegas, el oficial se cansa de “ser bueno” y avisa en una de las primeras escenas que será un “fuera de la ley”, sin saber, claro está, que siempre habrá alguien peor que él y que el villano de turno lo superará en su débil idea y decisión.
Segura se afirma como actor y les brinda el espacio a personajes secundarios para que puedan lucirse, destacándose Carlos Areces como uno de los secuaces que lo ayudarán a cumplir con la misión desde un lugar silencioso. La incorporación de Alec Baldwin como Marshall le posibilita a Segura construir desde la verosimilitud del género mucho más su relato, como así también la decisión de utilizar títulos al estilo James Bond para universalizar su historia. En esta última elección Segura se “asegura” que el universo particular que construyó para Torrente, un mundo con la peseta, el olé, la tortilla de papas, el Renault 9 y la obsesión por la cultura popular más trash de España, pueda ser visto en otros países sin tener que explicar más sobre cada incorporación.
Torrente: Operación Eurovegas posiciona la saga y la ubica en un lugar privilegiado del panorama actual de la comedia mundial.