Megan Fox y algunas escenas de acción; el resto es relleno
De manera intermitente y vistas en 3D, algunas de las descerebradas escenas de superacción producidas al mejor estilo Michael Bay pueden parecer realmente geniales. Ahora, esta nueva entrada en la franquicia de las Tortugas Mutantes Ninjas Adolescentes, con sus casi dos horas de duración, sólo podría ser analizada seriamente por aquellos nerds que sin lugar a dudas dirían que en materia de Teenage Mutant Ninja Turtles, todo tiempo pasado fue mejor.
Exceptuando, eso sí, la película anterior de 2014, que resucitó la franquicia a todo efecto digital, que no les gustó en absoluto a los expertos, lo que no impidió que funcionara lo bastante bien en la taquilla como para que ahora tengamos que ocuparnos de estas nuevas andanzas de Michelangelo, Donatello, Leonardo y Raphael.
La historia tiene que ver con un villano intentando crear una mutación que supere a la de las tortugas, lo que sirve de excusa para una serie de escenas vertiginosas con el sello del productor Michael Bay. De hecho, algunas son bastante buenas y divertidas, como las que tienen que ver con el edificio Chrysler, unas piruetas aéreas y unas hazañas acuáticas. Por otro lado, la heroína Megan Fox aporta un toque sexy con el que ninguna tortuga podría competir.
Sin dejar de reconocer la contundencia de las mejores escenas, la verdad es que todo el resto de la película parece un relleno que no tiene demasiada gracia. Y que sólo los exégetas del cómic y las películas del siglo pasado podrán discernir si están a la altura de las circunstancias.