Como película... un gran negocio (o ni siquiera)
Hace dos años tuvimos el sabor amargo de tener que ver “Tortugas Ninja” (Teenage Mutant Ninja Turtles, 2014). Un producto totalmente mediocre que acrecentó nuestro odio por el productor Michael Bay y su manía de destrozar clásicos infantiles en la pantalla grande.
Bien, parece que no importó mucho y ahora llegó el turno de enfrentarse a su secuela “Tortugas Ninja 2 - Fuera de las sombras” (Teenage Mutant Ninja Turtles: Out of the Shadows, 2016), que no es tannnnnn aberrante como la primera. Es simplemente aberrante.
Después de los sucesos ocurridas en la primera parte, Miguel Ángel, Donatelo, Leonardo y Rafael siguen ocultos en las sombras pero más conscientes de sus roles de defensores de la ciudad. El crédito por haber detenido a Shredder (Brian Tee) se lo llevó Vern (Will Arnett), quien ahora disfruta de una fama increíble en Nueva York. Por otra parte, April (Megan Fox) sigue trabajando como periodista y, en una investigación encubierta, descubre que el científico Baxter Stockman (Tyler Perry) está trabajando junto al Clan del Pie para liberar de la cárcel al súper villano. El malvado grupo tiene éxito, y no sólo liberan a Shredder sino también a dos nuevos personajes que se les unirán: Bebop (Gary Anthony Williams) y Rocksteady (Stephen “Sheamus” Farrelly). Ahora las Tortugas deberán volver a atraparlo y para ello contarán con la ayuda de un nuevo integrante, un oficial de la cárcel que transportaba a los maleantes cuando huyeron y ahora quiere volver a ponerlos tras las rejas: Casey Jones (Stephen Amell). Por si esto fuera poco, un mal aún mayor se hace presente, un ser maligno y con intenciones de dominar el mundo llamado Krang.
El director Jonathan Liebesman le dejó su lugar en esta secuela al casi debutante Dave Green, y eso se nota en que este filme no es un producto tan oscuro como la primero, algo muy característico del director.
Green es un confeso fanático de las Tortugas –de chico se vestía como Donatelo–, es por eso que hoy debería estar autoflagelándose con los viejos VHS de la serie animada. Bueno, tal vez es culpa de la dupla de guionistas de la primera que volvió a reincidir (ya son dos delitos seguidos, tendrían que tener una pena más grave) y no pudo hacer nada al respecto.
Sí, las personalidades de los quelonios están mucho más definidas. Sí, agregaron muchos personajes icónicos de la franquicia. Pero vuelven a generar un producto que confunde con tantas cosas, no se define a qué público quiere apuntar, y nuevamente carece de “alma”. También desaprovechan recursos: Shredder no tiene demasiado peso, April sigue siendo secundaria en el relato, Krang no es explotado al máximo, y al pobre Stephen Amell lo destruyeron con sus diálogos y escenas. Puntos a favor: Bebop y Rocksteady, unos personajes bien logrados e interpretados. Tyler Perry, que le saca agua al desierto. Y no mucho más. Algo que siempre resaltamos: esta secuela fue anunciada dos días después de que se estrenó la primera parte. Estaban pensando en el negocio, no en el producto que ofrecían. Lo mejor: hay una escena en donde hay un desfile por Halloween y aparece un hombre con un disfraz de Bumblebee (sí, el chiste de Transformers) que es increíble.
Ya es el momento de hacer un escrache público frente a la mansión de Michael Bay y terminar con esto. Vaya a saber uno sino tiene la idea de hacer un tercer largometraje. A los realizadores de las películas se les sigue escapando la tortuga. En este caso, las cuatro.