La historieta original era buena y satírica. Las películas originales eran buenas y divertidas. La serie animada, más o menos. El largo animado de hace algunos años, bien. El largo “con actores” de hace dos, bochinchero. De estos personajes, la parodia más simpática de superhéroes a la fecha, en este segundo largo “con actores” no ha quedado más que el grito, el gesto “loco” y el bochinche, de esos que obligan a desear tener caparazón donde refugiarse.