Vuelven Las Tortugas Ninjas al cine, con la segunda parte de esta saga, que anhela mas a la nostalgia y a penas se ven las manos de Michael Bay como productor.
En el 2014 el tema de conversación era el nuevo look de estas tortuas ninjas, mas parecidas a un sherk o un ogro que las tortugas originales; dejando de lado su cambio estético; la primer película terminó siendo una fiel remake del inicio de una nueva saga con los cuatro hermanos pelando contra Shredder y el Clan del pie.
En Tortugas Ninjas 2: Fuera de las sombras, el publico ya se amoldo a la apariencia de los protagonistas, y esta nueva aventura se da el lujo de ser más liviana en cuanto a su historia , e incluso presentar personajes reconnicos por los que veían los dibujos animados y el comic como Bebop, Rocksteady y Krang.
Leonardo, Raphael, Michelangelo y Donatello vuelven a salir de las sombras para proteger las calles de Nueva York. De nuevo, las tortugas ninja deberán enfrentarse al malvado Shredder (Brian Tee) que, tras escapar de la muerte, regresa con un perverso plan para acabar con los cuatro superhéroes. Para lograr su objetivo, el villano ha secuestrado al científico Baxter Stockman (Tyler Perry) del T.C.R.I., para así conseguir la pócima que hizo posible la mutación de las tortugas. Además, y para que luchen en sus filas, Shredder recluta a dos dos esbirros: las criaturas mutantes, Bebop y Rocksteady, con forma de rinoceronte y jabalí, con el fin de destruir a las tortugas ninja.
Por si esto fuera poco, una invasión desconocida desciende de los cielos hasta la ciudad de Nueva York, amenazando con acabar con la humanidad. Para evitar el fin del mundo, las tortugas, junto a sus amigos humanos April O’Neil (Megan Fox) y Vern Fenwick, tendrán esta vez la ayuda de otro aliado: el vigilante Casey Jones (Stephen Amell).
La historia tiene algunos puntos flojos, pero lo que carece en narración, lo suma en simpatía y humor. Esta segunda parte se ríe mucho mas de los supeheroes que intentan salvar nueva york, y fortalece la idea de parodia. Incluso demotrando como los villanos pueden ser divertidos e inocentes en su propio sentido.
Megan Fox no aporta nada nuevo, y aquí tiene menos pantalla que en la primer parte, igual que su contraparte Wil Arnet. Stephen Ammell hace uso de su nivel físico esencial para su papel en Arrow, pero a su vez juega mucho mas con la elocuencia y verborragia de Casey Jones.