Las tortugas y la amenaza mutante
A dos años de la primera entrega, llega Tortugas Ninja: Fuera de las sombras, de interés para adolescentes.
A as tortugas ninjas que viven en las tuberías subterráneas de Nueva York, les empieza a pesar la oscuridad y el anonimato, en especial, tras la primera gran aventura que tuvieron en 2014, cuando salvaron a la ciudad del exterminio.
Por estos días, el villano Destructor que ellos atraparon está siendo trasladado de cárcel, y mientras Vernon Fenwick goza del crédito de la captura, los cuatro gemelos verdes miran el partido de los Nicks ocultos en la parrilla de luces del estadio y hay, entre ellos, quien desea disfrutar de las calles de su ciudad.
Claro, Raphael, Michelángelo, Donatello y Leonardo son mutantes y el rechazo de los humanos a quienes protegen sería un golpe duro de sostener, en especial, porque también son adolescentes. ¿Qué sucedería si la síntesis de una sustancia única en nuestro planeta hiciera posible su definitiva transformación en humanos?
La pregunta surge cuando el genetista Baxter Stockman produce ese elixir en alianza con Destructor. Lo ayuda a fugarse, con él prueba la droga sobre dos delincuentes comunes, Bebop y Rocksteady, a quienes convierte en un jabalí y un rinoceronte mutantes, y entre ambos se disponen a formar un ejército.
Otra misión se impone a las tortugas, siempre con ayuda de la bella April O´Neill, y ahora de Casey Jones, un policía con ambiciones heroicas.
Dedicado a los adolescentes
La nueva saga de Las tortugas ninjas, dirigida por Jonathan Liebesman en la primera entrega, y por Dave Green ésta, su secuela, es un producto pensado para el público que iguala en su edad a los personajes en danza: la franja adolescente.
Éste es un detalle para no perder de vista al momento de analizar la oferta de una producción que realiza un equipo encabezado por Michael Bay, un as de la acción.
Entonces ¿qué cabe esperar cuando se ocupa una butaca en sala? Ni más ni menos que lo que ofrece: un desarrollo argumental lineal, remanido y no necesariamente creíble, que sirve para justificar corridas, luchas, rebeldía, cameos de famosos para generar alguna empatía, la belleza de la heroína --una Megan Fox algo más crecida y menos curvilínea que la de Transformers--, un paladín de la justicia impetuoso (Stephen Amell), el adulto que referencia los límites sociales (Laura Linney como la Jefe de Policía). Claro está, el arte y la producción en 3D resultan impecables.