¿Por qué, Miguelito Bahía, por qué? Qué necesidad de cagarme un hermoso recuerdo de la infancia. Amaba a las tortugas y Abril O’Neil me parecía una capa. Ahora, por tu culpa Michael Bay (productor), Jonathan Liebesman (director), Megan Fox (protagonista) y la de ustedes, señores guionistas, odio, ODIO, a las Tortugas Ninja.
Para empezar, me la fumé doblada (metafórica y literalmente). El guión, aunque lo concibieron entre tres guionistas, es tan básico y lineal que parece que lo hubiera escrito un pibe de 6 años con problemas mentales, porque dudo que un niño pueda escribir algo tan malo.
Megan Fox interpreta a una Abril O’Neil a la que te dan ganas de cagarla a trompadas: es el estereotipo de reportera joven que quiere hacer carrera investigando a una asociación de delincuentes re peligrosos ella sola (y en bici); PUAJ.
El guión de Tortugas Ninja es terriblemente básico y lineal.
Después tenemos a cuatro boludos disfrazados de tortugas y otro de rata que son ninja; ¿por qué ninja? Porque sí. También hay unos giles que se suponen que son “malos” y que para asustarnos se autodenominan “El clan del pie” -re intimidante, viste- . Sumémosle a toda esta situación paupérrima una doble de muzza de chistes malos, secuencias de lucha interminables en dónde no se entiende quién goma le está pegando a quién, bótox, una tía obesa (aka Whoopi Golberg) y el peor plan para tratar de conquistar al mundo de la historia del cine universal. Una hora y cuarenta y un minutos en las que pensé que la cabeza me iba a estallar a lo Scanners de Cronenberg.
Tírenme un centro Hollywood. Les pido por favor, que a alguien se le caiga una idea.