La nueva película dirigida por Michael Bay... Eh, perdón... Dirigida por Jonathan Liebesman, se trata sobre unos monstruos ninjas que pelean contra un Transformer samurai que lanza cuchillos. Y según dicen está basada en un comic nacido en los años ochentas llamado Teenage Mutant Ninja Turtles.
Fiel al estilo de Michael Bay, durante toda la película la cámara persigue a los personajes como si le costara encuadrarlos por la velocidad a la que se desarrolla la acción, algo que vuelve muy confuso la comprensión de ciertas secuencias que pese a su espectacularidad nos hace sentir que nos estamos perdiendo de mucho. Y lo curioso es que contrario a otros films de bajo presupuesto, el director no decide utilizar este recurso para disimular efectos especiales de mala calidad, sino que simplemente es una mala decisión estética. Aunque si nos ponemos exigentes a decir verdad estamos acostumbrados a ver personajes con un nivel de detalle mejor que este. Quizás las tortugas, sin entrar en la discusión sobre si su nuevo diseño es mejor o peor, no sean el punto más flojo de los FX, ver a la rata mutante de Splinter en los planos más cercanos hace pensar que a los renderistas 3D les faltaron varias horas de retoque. Y hablando de malos renders, el personaje de April O`Neil está interpretado por una señorita muy parecida a Megan Fox pero con muchas menos expresiones faciales. Probablemente consecuencia de un botox en los labios que le impide gesticular más de un reducido número de muecas por película. El reparto se completa con un un William Fichtner desprovisto de carisma y encargado de explicitar a la audiencia todo lo que está sucediendo para que nadie se desoriente al distinguir quién es el malo y quién es el bueno. No importa por qué, solo importa que los podamos diferenciar. Y por último, Will Arnett es el encargado de encarnar todo ese machismo latente infaltable en las películas de Michael Bay... Perdón, en la película dirigida por Jonathan Liebesman.
La propuesta en índices generales se encuentra limitada por su poca ambición y padece ciertos vacíos de guión, falta de ritmo y mal timing para los chistes. Justificar si se parece o no a los personajes de los comics o inclusive compararla con las anteriores adaptaciones cinematográficas no tiene sentido ya que lo frustrante aquí es que falla como el producto que es. Si las exigencias son pocas, la expectativa no es muy elevada y la liviandad de consumir un producto insulso y masticado no molesta al espectador, entonces aun hay chances de que se pueda disfrutar de la más reciente adaptación de las tortugas adolescentes mutantes ninja.