Tournée

Crítica de Lucas Rodriguez - Cinescondite

Mathieu Amalric, el galardonado protagonista de La Escafandra y la Mariposa -y también el aburrido villano de 007: Quantum of Solace- sorprende saltando al otro lado de la cámara dirigiendo y co-escribiendo Tournée, una cuasi road movie en donde presenta una historia modesta pero rayana en lo vulgar, lo grotesco, pero con una humanidad latente en sus personajes que dignifica.

Joachim es un ex-productor de televisión parisino que ha dejado todo atrás, hijos, amigos, enemigos, amantes, lamentos, para comenzar una nueva vida en Estados Unidos. Eventualmente regresa a su Francia natal con un grupo de artistas de burlesque a quienes ha prometido un tour por el país y, mas específicamente, por París. Viajando de puerto en puerto, las curvilíneas intérpretes inventan una extravagante fantasía mundial abundante en calidez y hedonismo, a pesar de estar en constante contacto con hoteles de poca monta y una acuciante falta de dinero. El show es un éxito, y el sueño de realizar el último gran evento en la capital estará en las manos de Joachim y una rivalidad que podría costarles todo lo que han soñado.

El peso de Tournée recae en Mathieu Amalric, quien interpreta con franqueza a Joachim como un hombre acostumbrado al fracaso, tras haber tomado varias malas decisiones en el negocio, además de trenzar su vida personal con su vida laboral de una manera preocupante. En esencia un hombre de buenas intenciones que sueña con recuperar el poder y prestigio que alguna vez tuvo, es un príncipe sin reino. Siempre es difícil estar delante y detrás de las cámaras, pero su presencia como protagonista es simplemente magnética y lleva con ligereza a su elenco de una manera impecable.

Amalric encuentra la humanidad en un mundo de parias. También nos da una gran probada de lo que es la vida en un tour: las imprevistas conexiones y las inesperadas intimidades que le ocurren a gente que es diferente pero que por causas de fuerza mayor se unen de maneras muy particulares. Tomemos por ejemplo, la escena entre Amalric y Aurelia Petit en la estación de servicio; ella trabaja detrás del mostrador, tras una ventana y mientras él paga por la gasolina utilizada, en un par de intercambios cortos se nota que hay algo más ahí. Nada nunca pasará, pero sin embargo hay una magia inherente en ese momento. Es el toque que tiene Mathieu para cautivar.

Tournée ofrece un retrato íntimo del estilo de vida del mundo del espectáculo y sin embargo se las arregla para ser tremendamente sensual y por momentos trascendente. Otra pequeña gran gema del cine francés.