Pixar se anota otro golazo y ya gana 11 a 0
En su undécimo largometraje, la mejor productora de la animación (¿y del cine en general?) consigue otra gema y rompe ese supuesto maleficio que asegura que toda saga se desploma en su tercera entrega. Aunque se le pueden encontrar algunos reparos (mínimos), este muy esperado regreso de Woody, Buzz y los otros encantadores juguetes vistos en los notables films originales de 1995 y 1999 no defrauda en absoluto. Un gran logro artístico que tendrá un seguro correlato en las boleterías de todo el mundo.
Luego de aquel genial uno-dos de la ya muy lejana segunda mitad de los años ’90 (cuando la animación digital todavía estaba en una incipiente etapa de desarrollo), Pixar se tomó 11 años para recuperar a los personajes que le dieron fama mundial. La espera valió la pena. No hay aquí “reciclaje”, “piloto automático” ni “fórmula” (para eso véase la cuarta parte de Shrek). Toy Story es una gran comedia tanto en términos de humor físico como de diálogos con punch o de enredos bien construidos a partir de un guión de primer nivel.
La discusión, por lo tanto, sólo pasará por si TS3 alcanza o no la categoría de obra maestra. Para mí, no. Pero tampoco se queda muy lejos. Hay algunas situaciones que se alargan un poco o ciertos pasajes de persecusiones que también parecen algo estirados (con 5 o 10 minutos menos probablemente la película ganaría en concisión e impacto).
Pero éste u otros cuestionamientos son menores, casi insignificantes para un equipo creativo liderado por John Lasseter en el que lo verdaderamente importante sigue siendo contar una buena historia. Aquí la hay. La técnica jamás está por encima de la narración y, si bien hoy las herramientas son mucho más amplias y perfectas que hace 15 años, TS3 comparte el mismo amor por el cine que sus dos antecesoras.
Llego casi al final de la crítica y me doy cuenta que no conté nada de la “trama”. Creo que no hace falta. Por las dudas, para aquellos que quieren saber “de qué se trata”, les digo que Andy ya tiene 17 años y está a pocos días de mudarse a la universidad. Por lo tanto, tiene que limpiar su habitación. Después de una acumulación de desventuras y tropiezos, Woody, Buzz y compañía terminan en una guardería en apariencia bucólica, pero que se convertirá en un verdadero infierno. Hasta aquí lo que debo (y quiero) anticipar. El resto, se los dejo para que lo disfruten en cine (en 2D, en 3D, en IMAX, no hay gran diferencia). Vayan con amigos, parejas, hijos, sobrinos nietos o solos. Pixar no los va a defraudar.
PD: El cortometraje que precede al film, Día y noche, sí es una masterpiece. Sin dudas.