Me llene tanto la boca diciendo “P.I.X.A.R. va a cagarla, el final de la 3 fue perfecto, no pueden arruinar todo así por guita (…)” que ahora me da un poco de verguenza salir a decir que la cuarta película de esta saga que tanto amo es probablemente una de las películas mas geniales y creativas que salieron en esta primera mitad del 2019.
La historia sigue a Woody, Buzz y compañia en un viaje por la ruta junto a su nueva dueña Bonnie (la nena a la que Andy le regala sus juguetes al final de TOY STORY 3 … spoilers … supongo). En la banda nos encontramos a un nuevo integrante que trae a cuestas el drama existencial que enriquece la trama, Forky, un mitad tenedor mitad cuchara creado por Bonnie en su primer día en el jardín de infantes. Incomodo con su sensación de estar vivo el juguete salta del vehículo en el que se encontraban viajando, por lo que el vaquero de la serpiente en su bota ira, como siempre, al rescate … voy a volver con ésto más adelante. En su aventura Woody se reencuentra con su antiguo amor Betty, la pastorcita de las dos primeras entregas, la cual le genera al vaquero otro dilema que nos vuelve a hacer sentir muy identificados con el personaje.
Woody debe ser uno de los personajes con los cuales uno más puede empatizar, desde sus bajezas hasta sus virtudes. Uno entendía sus celos hacía Buzz Lightyear en la primera entrega … después de todo el niño que jugaba con el estaba dejandolo de lado por un juguete mejor. En la segunda entrega (la mejor para mí, la decisión de incluir bloopers al final me parece una de las mejores de la historia del cine) acompañamos al vaquero en un conflicto muy interesante, volver con Andy para jugar con el en lo que quedaba de su infancia, a pesar de ser conciente de que éste en algún momento iba a crecer y dejarlo de lado, o irse a un museo en Japón en donde, si bien no iba a ser olvidado, nadie iba a jugar con el nunca más. Luego en la tercera parte enfrentamos lo inevitable, el Andy adulto, acá vemos a un Woody que se niega a abandonar a su niño, totalmente negado y dispuesto a todo por acompañarlo. La tercera entrega cerro con una de las escenas más emotivas del cine, una despedida que nos toco por el solo hecho de que Andy es nosotros, crecimos (hasta literalmente hablando) junto a el, la despedida era hasta personal, eramos nosotros diciendole adios a nuestra niñez. La cuarta parte sigue éste camino pero con nuevos elementos, estabamos acostumbrados a ver como Andy sentía una preferencia por Woody, pero ahora con Bonnie eso no es tan así. Sin embargo, el vaquero se lanza en busca de Forky solo porque es el nuevo preferido de Bonnie, lo cual nos lleva a una etapa del personaje en la que lo vemos con terror de perder su rumbo y quedarse sin un motor que lo haga sentirse pleno. Buzz Lightyear toma un rol un poco mas secundario en está entrega, pero cada escena con el es un gusto, los guionistas mantuvieron la personalidad mambeada y heroica del guardián estelar y, a pesar de no haber profundizado mucho en el personaje, tuvo sus momentos de gloria tanto en lo que es acción como en comedia. Los demas juguetes como Ham, Los Cara de Papa, Rex, Slinky y la nueva banda de Bonnie fueron puestos más como personajes de soporte, se les dio una subtrama brillante con una culminación hilarante pero el peso se dejo caer sobre los personajes nuevos. La dupla cómica Key y Peele interpretan a dos ositos de peluche de feria con una personalidad delirante, lo cual le permitió a los escritores agregar nuevos elementos narrativos que hicieron de está entrega la mas ágil y bien armada de las cuatro.
Visualmente estamos ante la mejor entrega. La primera película se vio limitada por tecnología de aquella epoca (los nenes de la fiesta de Andy son todos Andy), la segunda, gracias a un mayor presupuesto, la rompió utilizando unos diseños de paisajes mas realistas que permitan sacar a relucir el potencial que P.I.X.A.R. por aquellos días. Acá seguro me van a re putear, pero siento que Toy Story 3 es la mas floja de la saga por su apartado visual, la paleta de color era muy amarronada, los ambientes eran incomodos y, si bien la primera vez me resulto algo re loco para una película de Toy Story, con el tiempo empece a notar que no me la quedaba viendo enganchado como la 1 o la 2 y todo se debe a que para mi gusto el filtro sucio que le hicieron no me hace querer revisarla tanto como las anteriores. En esta cuarta películas los colores son gloriosos, la casa de antiguedades cuenta con unos diseños increíbles que deja en evidecia algo que siempre digo con mis amigos cuando hablamos de estas películas … “a éstos tipos no se les escapa una”. Todo chiste o idea que puedan incluir en los ambitos en los que desarrolla historia son buenos, nunca fallan. Hasta tenemos a Keanu Reeves haciendo de un muñequito temerario con una crisis de identidad (gracias a la distribuidora por pasar la película en Ingles).
Hay puntitos flojos, pero todos vienen de un veneno que esta afectando a la industria del entretenimiento desde hace rato, la agenda política progresista. Betty es el personaje menos interesante de la película por lo genérico que es, ya nos estamos cansando un poco de los personajes femeninos sin falencias ni defectos, emponderar al sexo femenino no es considerarlo superior a toda especie sobre la tierra, sino darle una buena historia que iguale a la de sus coprotagonistas, como fue el caso de Jessie en Toy Story 2 (por cierto, el cierre del arco argumental de Jesse es una joya). El problema no es que hayan hecho de Betty una guerrera salvaje, sino que quieren hacernos creer que ella siempre fue así, además de la evidente unidimensionalidad que se le da al personaje para evitar ofender a aquellos sectores que piden cambios excesivos en lo que nosotros amamos y ellos ignoran. No obstante los escritores son inteligentes y desviaron la atención para otro lado, dejando a Betty como un personaje de apoyo visualmente encantador del cual no se profundiza mucho más que ver como fue que se alejo de sus amigos durante la era Andy, hecho que nos había incomodado escuchar tan por encima en Toy Story 3. Les perdono ésto porque se nota que esta metido por ordenes de arriba, y como siempre digo es algo con lo que tenemos que lidiar y, tratandose de cine comercial, lo mejor es ver con que grado de viveza ejecutan las ordenes de los de arriba.
Me siento un poco idiota en haber dudado de “Toy Story 4”. La verdad no sentí que la película cambie rotundamente la mitología de la saga como escuche a muchos decir, pero si que le dio un nuevo nivel de complejidad a la misma. Si bien soy medio boludo les cuento que con la otra mitad me las arreglo bastante bien por lo que les cuento que soy muy conciente de que está película está hecha para seguir exprimiendo la franquicia, pero si la hacen bien yo soy feliz … ganan ellos y gano yo. Con los excelentes TOY STORY TOONS (recomendadisimos para hacerse una previa, además hay referencias a éstos en la película) ya se estaba tanteando el terreno para ver como una cuarta película podía andar, es más, la historia se viene pensando desde antes de terminar Toy Story 3, así que rentabilidad de éstos personajes es más que clara.
Considero a Woody, Buzz y compañia unos grandes amigos, y me alegro haber llorado y reído una vez mas junto a ellos una vez más.
Calificación 9/10