Cuenta conmigo
Luego de nueve años desde la última entrega de la saga Toy Story 3, y casi veinticinco años después, llega una nueva entrega de los juguetes más adorables de la pantalla grande, la cual nos demuestra una vez más que tienen mucho para contar en Toy Story 4, no solo con los entrañables Woody y Buzz Lightyear sino también con la adición de nuevos personajes muy carismáticos.
Por Denise Pieniazek
Antes de adentrarnos en el análisis de Toy Story 4 (2019), hagamos un breve repaso de toda esta saga animada tan significativa, cuya primera película no sólo es el inicio en los largometrajes de los estudios Pixar, sino también es la primera animación realizada por computadora del mundo. En la inicial entrega de Toy Story (1995) el relato era atravesado por el significado lúdico de los juguetes, su importancia en la niñez, los distintos modos de jugar con los juguetes que puede tener cada niño, y de forma metafórica el enfrentamiento genérico entre dos clásicos cinematográficos: el western (encarnado en el personaje de Woody) y la ciencia ficción (incorporado en el juguete de Buzz Lightyear), todo esto desde el punto de vista de los mismos juguetes. En Toy Story 2 (1999) la premisa con la que iniciaba la animación era que “los juguetes no duraban para siempre” exponiendo en consecuencia, por primera vez en la saga, la problemática del paradero futuro de los juguetes cuando los niños crecen. Este conflicto se profundiza en Toy Story 3 (2010) en la cual se le daba un conmovedor cierre a la saga, y aparecía además la cuestión del coleccionismo, de los juguetes como objeto de culto.
Ahora sí, en la entrega que nos concierne, Toy Story 4, la psicología de los personajes de los juguetes se enfatiza llegando a modificar los estatutos de los personajes planteados en las entregas anteriores. Si antes se había profundizado en el uso o valor ajeno que se les daba a los juguetes y cómo éstos se sentían al respecto, en esta ocasión los que se preguntan y dan valor a su propósito son ellos mismos. Es decir que en Toy Story 4, los juguetes obtendrán independencia para poder decidir sobre su propio destino.
Este aspecto se enfatiza en los personajes de Woody y Bo Peep, quienes se reencuentran luego de un largo periodo, pues el personaje de Bo Peep había aparecido por última vez en Toy Story 2 cuando era obsequiada, es decir desechada por su dueña Molly, la hermanita de Andy. Mientras que el personaje de Bo Peep (una pastora de porcelana que manda sobre sus tres ovejas) ya ha recorrido su viaje de autoconocimiento y es hacedora de su independencia, Woody es ahora quien ha alcanzado la madurez y sabiduría, tras siempre estar preocupado por sus niños/dueños (Andy y Bonnie), en consecuencia, surgirán en él otras inquietudes. Esto es más que rescatable del filme, si bien es una secuela y se extrapola de otra idea original, la saga no deja de profundizar cada vez más en la psicología de sus personajes construyendo un trayecto simbólico e interesante sobre cada uno de ellos.
A diferencia de las tres partes anteriores, enToy Story 4no hay malos realmente malos, sino personajes ambiguos que al igual que al resto de los juguetes les preocupa el abandono y ser apreciados por un niño. En adición, se profundiza el conflicto que había aparecido en Toy Story 2 al preguntarse si los juguetes se vuelven material de desecho o por su futura circulación, temática que continuaba acertadamente en la tercera entrega. En cuestiones estructurales todas las animaciones de la saga respetan el esquema de un prólogo que funciona condensando y aglutinando información, para después pasar al relato en tiempo presente y su conflicto. A pesar de esas similitudes Toy Story 4 se destaca de sus predecesoras por su dinamismo, y una acertada y efectiva comicidad otorgada por los nuevos personajes que se incorporan orgánicamente a la trama.
La adición de personajes como los peluches Bunny y Ducky, son respectivamente como sus nombres indican un conejo y un pato que a pesar de su aspecto dulce y de peluche suave tendrán un sentido del humor bastante ácido, esa contradicción es la que los hace tan divertidos. Asimismo, la comicidad será aportada también por el personaje de Forky, esta fusión entre cuchara y tenedor que ha sido fabricado por la niña Bonnie. En dicho sentido, el filme reflexiona una vez más sobre qué es o no material de desecho y nuevamente sobre el circuito de circulación de los objetos, incluidos los juguetes, aspecto también enfatizado por la tienda de antigüedades, uno de los decorados principales de esta cuarta entrega. Por otro lado, la incorporación de la muñeca antigua Gabby Gabby y sus secuaces, los muñecos para ventrílocuo, que le aportan suspenso e intriga a la narración e incluso algunos momentos de susto acompañados por el guiño sutil de la música de El Resplandor(The Shining, 1980).
Por último, uno de los aspectos más importantes de Toy Story 4 es su acertado y pertinente feminismo, no solo debido al contexto social, sino también que dicho aspecto es incorporado de forma astuta a la trama y no de forma forzada como en otras películas recientes. En primer lugar, el pasaje de los juguetes en Toy Story 3 de las manos del adolescente Andy a la pequeña y dulce Bonnie posibilitó dicha cuestión, pues Bonnie preferirá como vaquera y “sheriff” de sus juguetes a Jessie antes que, a Woody, es decir que hay un doble traspaso de un mando masculino al femenino. Y en un sentido más significativo el cambio del estatuto de personaje de Bo Peep que si bien siempre fue un personaje activo y aguerrido, ahora estos aspectos han sido potenciados mediante su independencia e incluso su cambio del vestuario rosa de campesina con polleras amplias a un tono celeste y pantalones. Incluso ya no es una muñeca de porcelana inmaculada, ahora posee una rotura en su brazo símbolo de ser aguerrida, salvando las distancias esta pastora de ovejas se ha vuelto belicosa cuan Scarlett O´Hara en Lo que el viento se llevó (Gone with the wind, 1939). Asimismo, algunos aspectos más pequeños como el personaje de Polly Pocket (Giggle McDimples), que no es cualquier Polly sino una policía negra, también muy cómica, y la importancia de la muñeca Gabby Gabby y su gran plan.
En conclusión, Toy Story 4 vuelve a sorprender y entretener al espectador divirtiéndolo más que nunca, alternando cálidos momentos emotivos con gracia y reflexionando una vez más sobre los ciclos de la vida y sobre lo importante que es tener un propósito en la misma. Por último, no se pierdan los extras en sus créditos finales.