La cuarta entrega de la saga animada más popular, "Toy Story 4", de Josh Cooley, es un emotivo regreso de los queridos personajes con la perspectiva puesta en dar vuelta la página hacia lo que vendrá. Como siempre, el resultado es brillante.
En 1995 se estrenaba "Toy Story", y con ella no sólo se estrenaba el primer largometraje animado por computadora, o de animación digital; era el primer largo de un productora que inmediatamente se convertiría en tendencia junto al gigante Disney; y también, y a la larga más importante, se le daba puntapié inicial a una saga que se convertiría en la más popular del cine de animación, y en una referencia cultural absoluta.
¿Hay alguien que no conozca aunque sea a Woody y a Buzz Lightyear? ¿Alguien que no pueda completar la frase “Al infinito y más allá”? ¿Alguien que no sepa que Andy es el mejor dueño de juguetes del mudo? ¿Alguien que puede decir “yo soy tu amigo fiel” sin tararearlo? Toy Story es parte nuestra, como todas las cosas buenas, y no hablo sólo de buenas de calidad cinematográfica.
Las secuelas fueron iguales, o aún mejores que la original; y para 2010 todos nos despedimos con muchísimas lágrimas en los ojos en lo que parecía un cierre final perfecto para la posteridad. Pero no, ya sabemos que para Hollywood, nunca es nunca, siempre hay chances de más, que cuando nos dicen “El último…” habrá que esperar unos años para poder ver “El regreso de…”
Nueve años se tomaron, pero "Toy Story 4" está entre nosotros y una duda nos invadió ¿era necesario? ¿no estaba todo bien así como estaba? Déjenme decirles una cosita, si, no lo sabíamos hasta que la vimos, pero necesitábamos una película como "Toy Story 4".
¿En qué andan las cosas? Woody, Buzz, y el resto de los chicos fueron legados por Andy a Bonnie, una nueva dueña que los trata con amor, y con el que volvieron a sentir ese afecto, esa necesidad de un niño.
Pero nuevamente, el tiempo pasa, y nos ubicamos algunos años después de los hechos de "Toy Story 3" (aunque no exactamente los nueve años reales). Bonnie comienza el colegio, el curso de adaptación, y ante la presión de no ser acompañada por ninguno de sus muñecos en el aula, termina creando un muñeco propio con elementos de la basura.
Cuerpo de tenedor, brazos de limpiador de bombilla, ojitos de plástico desiguales, y pies de masilla y palitos de helado; conozcamos a Forky, el nuevo muñeco de Bonnie. Un problema, Forky no se acepta como muñeco, se sigue considerando basura. ¿Es acaso esto una recreación de "Toy Story 1" con Buzz no se aceptando su realidad?
No, porque prontamente se nos presenta otro escenario. Bonnie y sus padres quieren ir a un parque de diversiones, y los muñecos se suman. Cerca del parque hay una casa de antigüedades. Persiguiendo los intentos casi suicidas de Forky, él y Woody terminarán encontrando en la tienda a Bo Beep (la pastorcita con ovejas que no había estado en la tercera entrega, y es interés romántico de Woody); y también a una serie de nuevos muñecos/personajes.
Hasta ahora, la trilogía de "Toy Story" había rondado en la idea de cuál era el destino de un juguete, cuál era su función; siempre el pertenecer a un niño, y ser amado por él, así sea como juguete preferido, o como parte del grupo, así sea el niño de siempre, o uno nuevo ¿Pero hasta cuándo? ¿Por qué es necesaria esta cuarta entrega? Porque sin que nos diéramos cuenta, habían quedado asuntos sin resolver.
El primero, el más obvio, y acorde a la coyuntura actual, re ubicar al rol femenino. "Toy Story" venía siendo una película de camaradería. Jessie, la vaquerita, era el rol femenino más fuerte, pero pese a tener la canción más emotiva de la saga, quedaba un poco afuera de esa camaradería. Ahora, re aparece Bo Beep, y no es sólo el interés romántico, es una co-equiper de Woody, una que se saca la pollera acampanada y se la pone como capa, y que usa su bastón como barreta.
Es una mujer decidida, con cicatrices, que se repuso a la adversidad, y que expresamente, se hizo sola, no necesitó del hombre al lado, menos al frente. Es feminismo ¿oportunista? Quizás, pero muy bien interpretado, y no tan remarcado. El segundo asunto nos lleva a la primera película ¿Se acuerdan de Sid y sus deformes juguetes? Hasta ahora, esa era la imagen que teníamos de juguetes extraños, o rechazados, casi parias. Eran atemorizantes.
"Toy Story 4" no sólo lo tiene a Forky que se siente un extraño, alguien hecho de la basura; en la tienda de antigüedades conocen a Gabby Gabby, una muñeca antigua con un problema en su caja de voz y un trauma de rechazo continuo; a Ducky y Bunny, dos peluches de la tienda de obsequios del parque a los que nunca eligen; a Giggle McDimples una muñequita pequeña que debe ser histriónica e hiper expresiva para agradar; y a Duke Caboom, un motociclista similar a Evel Knievel, rechazado por su canadiense dueño Rejean por no poder hacer las peripecias que la publicidad prometía.
Sí, "Toy Story 4" habla del bullyng, de los rechazados, de los diferentes, y de aceptarte como sos; y lo hace del mejor modo posible, fabuloso. Son varios los tópicos que toca, la cual no se resiente por el cambio de director por el novel Josh Cooley, la magia está intacta. Siempre maneja una emotividad suprema, pero elude de un modo sobresaliente todos los golpes bajos.
Menos lacrimógena que la tercera entrega, si lloramos será porque la emotividad propia de la historia y de la saga nos supera. El humor es actual, pero no se regodea en referencias pop, ni en un ritmo vertiginoso, es pura aventura, y comicidad graciosísima, de la buena. Verla en inglés les sumará talentos vocales formidables, como el Christina Hendricks como Gabby Gabby, Keegan Michael Ray y Jordan Peele como Ducky y Bunny, Ally Macky como Gigles; y sobre todo Tony Hale y Keanu Reeves como Forky y Duke.
Gabby Gabby es el personaje mejor construido dramáticamente, pero Forky y Duke son un show del humor aparte. Súmenle por supuesto a los viejos conocidos Tom Hanks y Tim Allen. Pero si la ven con doblaje, la potencia del film igual se mantendrá. Lamentablemente, lo único que nos hará un poco de ruido, es que salvo Woody, Be Boop, y un poco menos Buzz, el resto de la troupe original (y los sumados en las secuelas), tendrán más bien una participación escaza. Los nuevos personajes son geniales, pero los de siempre, son los de siempre.
¿Es "Toy Story 4" un final definitivo? Más bien se siente como el epílogo de un final; el final de un volumen hacia una nueva aventura. Cuando nos prometían el infinito hablaban en serio, esto no tiene final, y va más allá.