"Toy Story" ya parecía ser una trilogía cerrada. Es por eso que no solo nos inundó el entusiasmo al anunciarse la cuarta, sino también el "miedo" de que nada vuelva a ser como antes. Pero aquí Disney/Pixar dieron con lo justo y gracias a una perfecta mezcla de humor, aventura y dibujos llenos de vida, de a ratos incluso nos olvidamos por completo que estamos viendo una película animada.
En esta renovada entrega nos encontramos con nuestros personajes ya adaptados a la vida de Bonnie (la nueva dueña de los juguetes de Andy) quien, ya con edad suficiente, comienza el colegio y en su primer día crea a Forky. La querida manualidad de la niña convertida en juguete se declara a sí mismo como “basura” y Woody se encarga de mostrarle por qué debería aceptarse como juguete. Pero cuando Bonnie lleva a todo el grupo a su excursión familiar por la carretera, el vaquero termina en un inesperado desvío que incluye un reencuentro con su vieja amiga perdida Bo Beep. Juntos se darán cuenta que se convirtieron en personas muy diferentes (en lo que respecta a la vida como un juguete) pero con el correr de las horas pasará a ser la menor de sus preocupaciones.
La incorporación de nuevos personajes es muy atinada y cada uno colabora a favor del desarrollo de la historia. Un gran acierto es el regreso de una reinventada Bo Beep, la pastorcita de porcelana, quien comparte protagonismo y muestra una imagen femenina fuerte dentro de la cinta. El desopilante Forky le trae mucha frescura a la saga y su simpleza nos conecta con nuestra imaginación, quizás ya un poco perdida en los más grandes, de cuando éramos chicos. El hombre del momento, Keanu Reeves, también tiene su participación como la voz de Duke Caboom, un peculiar e inquieto motociclista Canadiense. Los legendarios Tom Hanks y Tim Allen siguen al mando de la dupla protagonista con sus ya icónicas voces que reconoceríamos hasta con los ojos cerrados.
Si hubiera reclamo alguno sería la falta de protagonismo de los antiguos y queridos juguetes de Andy. Son escasos los minutos en los que vemos a Jesse, Rex, al Señor y Señora cara de papa, Slinky y Hamm en la pantalla. Buzz Lightyear también se corre del centro de la acción con menos intervenciones que las que nos tenía acostumbrados.
"Toy story 4" no es un final ni mucho menos. Se puede entender como una transición hacia un mundo más grande. "Hacia infinito y más allá" apuntan sus creadores, pero veremos de acá en adelante cuánto más tienen para sorprender. Mientras tanto disfrutemos de esta grandiosa entrega perfecta para los más chicos y los que no tanto.
Por Matias Villanueva