Si hay algo que Pixar logra destacar en todas sus producciones es la originalidad de sus relatos. Aquí, luego de inspeccionar y triunfar en cortos de animación donde objetos inanimados cobraban vida melancólica y humorística, toma el riesgo de innovar y lograr algo tan maravilloso e inimaginable como darle movimiento y personalidad al mundo de los juguetes. El resultado, una de las mejores películas de animación de la historia del cine.