Transcendence representa la ópera primera de Wally Pfister, el director de fotografía con el que suele trabajar Christopher Nolan, quien probablemente desarrolló una de las óperas primas más caras en la historia del cine.
100 millones de dólares tuvo como presupuesto este film que es un gran desperdicio de artistas talentosos y recursos.
Por la historia que tenían para contar tranquilamente la podía haber hecho por mucho menos dinero.
El director Pfister presenta un relato aburridísimo sobre la inteligencia artificial y el abuso de la tecnología que el film de culto El cortador de césped (The Lawnmower Man), de 1992, con Pierce Brosnan, ya había trabajado en su momento con un enfoque argumental mucho más interesante y entretenido.
Una producción que costó apenas 10 millones de dólares, que es la mitad de lo que le pagaron a Johnny Depp por brindar otra interpretación olvidable y desapasionada.
En el último tiempo parecería que el actor trabaja en estado de coma, como si hubiera perdido todo interés por el cine.
Si bien el tema de la inteligencia artificial está bastante quemado en el género de la ciencia ficción, cada tanto aparecen propuestas que le encuentran la vuelta al desafío de hacer algo diferente.
Lo pudimos ver este año con Her, de Spike Jonze, que fue una gran película que abordaba esta misma cuestión.
Transcendence se plantea como un thriller futurista pero durante los 119 minutos que dura este estreno el director Pfister nunca logra generar tensión o grandes momentos de suspenso con el conflicto que trabaja.
La película está muy cuidada desde los aspectos visuales, pero la trama es densa y ni siquiera explora con profundidad los temas que aborda el argumento.
Johnny Depp adorna los afiches promocionales con su rostro pero en la película no aporta nada y tampoco presenta mucho entusiasmo en la interpretación de su personaje. Lo mismo ocurre con Morgan Freeman, Rebecca Hall y Cillian Murphy, tremendos artistas, que están completamente pintados en este conflicto.
Paul Bettany es el único miembro del reparto que logra sobresalir un poco más dentro de las posibilidades que le brindaba el guión.
Si se tiene en cuenta el elenco reunido y el presupuesto que tenía disponible Pfister, su debut como director deja bastante que desear. La idea de la trama no estaba mal, el problema es su ejecución que la terminó por convertir en un bodrio.