Una mente brillante
Los planos iniciales de Trascendencia: Identidad virtual prometen algo que el filme luego no cumple. Las imágenes primeras funcionan como postales de una urbanidad destruida, abandonada, una ucronía social causada por un desastre tecnológico que acabó con la energía del mundo. Pero esa punta lleva a un ovillo enredado. Como un gran flashback, el relato muestra el origen del desastre mundial, que se circunscribe a una historia íntima.
Will Caster (Johnny Depp) es un científico que trabaja con la inteligencia artificial y junto con su esposa, Evelyn (Rebeca Hall), investigan las posibilidades de "cargar" la información de la mente humana (recuerdos, emociones y toda la singularidad de un individuo) en un programa. Más tarde, un grupo terrorista anti-tecnología dispara una bala letal a Will, y su esposa y su amigo Max (Paul Bettany) hacen realidad el proyecto, convirtiendo a Will en un software sensible.
A partir de ese momento, el personaje de Depp se convierte en una cabeza parlante que interactúa con su mujer desde las pantallas. La ambición de Will comienza a crecer y su deseo de viralizarse, de "estar en todos lados", lo convierte en un aspirante a la divinidad digital.
Así, el guion de Jack Paglen surfea en una trama de ciencia ficción que incluye planteos románticos, filosóficos, políticos y, por si faltaba algo, también religiosos. El enfoque del relato se dispersa como la mente del mismo Will en millones de bytes, e impide el desarrollo de una buena idea original.
Como una versión más solemne y pretenciosa de Her (la película de Spike Jonze sobre un hombre que se enamora de un programa de computación) Trascendencia: Identidad virtual pone el peso de sus escenas en Rebeca Hall, que resiste solita-mi-alma la mayoría de los planos de la película. A su alrededor hay todo un elenco desaprovechado, desde el mismo Paul Bettany, hasta Cillian Murphy, Kate Mara y Morgan Freeman, cuyos personajes orbitan alrededor de la pareja. Y si los roles de Johnny Depp se dividen entre aquellos a los que les da todo y aquellos a los que apenas les presta su cara (tomando como el primero a Jack Sparrow y como el último al personaje insulso de El turista), esta historia está más cerca del segundo caso.
Sin embargo,Trascendencia: Identidad virtual tiene sus virtudes, entre las que se destaca su idea original y un sutil trabajo de efectos visuales, que prueba la pericia del trabajo anterior de su director, Wally Pfister, como responsable de fotografía de las películas de Christopher Nolan. Esta es su ópera prima, queda toda una carrera por delante.