¿La quinta será la vencida?, es la pregunta que nos hacemos todos y que aún no logramos tener respuesta alguna, pero se ve que Michael Bay sigue sacando conejos de su galera y aún está bastante lejos de abandonar a la gallina de los huevos de oro, ya que sigue empecinado en continuar con su más exitosa franquicia millonaria, los Transformers. Ya pasaron 10 años del estreno de la primera entrega y ahora llega a los cines su quinta película que pretende seguir con todo el delirio al que ya nos tiene acostumbrados el cineasta americano.
La película inicia contando sobre la batalla del Rey Arturo frente a sus enemigos en el 484 d.C, este al verse acorralado y al borde de la rendición, decide acudir a la ayuda del mago Merlin, este último, le ofrece a su rey un cetro de origen alienígena, dicho objeto le ayudara a salir victorioso en batalla, ya en la época actual Cade Yeager (Mark Whalberg, protagonista de la anterior entrega) debe permanecer oculto del gobierno, quien está en búsqueda de él y los Transformers, mientras tanto Optimus Prime flota en el espacio con el propósito de volver a Cybertron en busca de sus creadores, es acá en donde se dificulta todo con la vuelta de Megatron para continuar con su reinado lleno de caos, un Optimus que vuelve la tierra lleno de odio y con los humanos siendo testigos de la destrucción del planeta.
Si, por más loco y disparatado que suene esa es la sinopsis de "Transformers: El Último Caballero", Michael Bay es admirado y odiado por el público, no cabe duda de que él es un experto a la hora de usar todo el presupuesto que tenga a su alcance para darle a los espectadores una sobredosis cargada de efectos especiales, explosiones sin sentido y una historia básica.
Estamos lejos, pero muy lejos de ver una historia decente con estos personajes, en gran parte la culpa la tienen los guionistas (en este caso fueron tres) por no haberse esmerado en ofrecer un producto mejor, en cuanto a Michael Bay solo le toca repetir la misma estupidez que viene haciendo en los últimos años.
Por su parte los actores tratan de dar lo mejor de sí, pero quedan en ridículos, es una pena ver en pantalla a Anthony Hopkins haciendo de uno de los peores personajes en su carrera, pero se que el actor anda algo corto de dinero, porque sino no se explica cómo pudo haber firmado contrato para formar parte esta cinta.
La historia no tiene un rumbo fijo, creemos que va en una dirección, pero resulta ir en otra o en todas las que pueda a la misma vez, todo por culpa de los guionistas, lo de involucrar al Rey Arturo fue un gran desacierto.
Transformers: El Último Caballero no ofrece nada nuevo, se vuelve una tortura eterna que parece no llegar a su fin, sin embargo, sus fieles seguidores seguramente aprueben esta quinta película y esperaran con ganas una sexta.