Estar vivo es necesario
El nombre de Palo Pandolfo para aquellos que no lo ubican se relaciona intrínsecamente con el de Rock y Arte. La extraña paradoja de muchos músicos que meten un par de hits, ganan posiciones en los charts o ránkings locales y sin quererlo desaparecen de los circuitos comerciales, ecos que traen rápidamente a los memoriosos el recuerdo de Don Cornelio y La Zona con dos himnos ochentosos como Ella vendrá o Tasas de té chino. Tras ese fugaz éxito, los inconformistas 90′ lo encuentran en una nueva aventura desde lo musical con la anómala banda Los Visitantes.
Si hay algo que no puede dejarse de mencionar es que el compositor y músico siempre volcó sus procesos artísticos a su obra, lejos de los códigos impuestos por una música mucho más estandarizada, hueca y reiterativa. Fiel a una idea integradora, donde la melodía, las entregas corporales y esa mística que brotaba de su voz -y sus letras- sus shows se trasladen a cualquier tipo de público convocado en sus presentaciones.
Transformación es un documental que funciona como pretexto de un reencuentro entre su director Iván Wolovik y uno de sus artistas preferidos, referentes de lo que se conoce como rock nacional, Palo Pandolfo, durante el proceso creativo de su nuevo trabajo musical. La singularidad de este proyecto de Pandolfo implicaba grabar en vivo y en una toma su nuevo disco con la banda La Hermandad integrada por: Mariano Mieres, Alito Spina, Gerardo Faréz, Carlos Fernández, a quienes se sumaron Ricardo Mollo, Hilda Lizarazu, Los Tipitos, como invitados.
En ese sentido la presencia de la cámara de Wolovik en cada etapa de la gestación genera cierta empatía con el proceso, con las pruebas de matices musicales y con un Palo Pandolfo muy concentrado en el resultado de la experiencia. También hay tiempo para charlas y el repaso desde la propia mirada del creador de Los Visitantes; de cómo entiende el contacto con la música y el público en una búsqueda constante, en la que la importancia de la fluidez es vital para avanzar por territorios desconocidos.
El artista que hace consciente su proceso de transformación se disocia de aquel que muta de pieles, que vive el momento de su performance en un estudio con la sensibilidad y todos los poros de su piel al palo. La idea de jugar con esta frase no es original pero resume ese derrotero lúdico propio de los creativos cuando lo importante solamente es estar vivo.