Michael Bay es el señor Transformer pero, ¿qué pasa cuando se le acaban las ideas? Esto: la extinción.
Vuelven los Autobots, Decepticons y nuevos personajes en la nueva continuación de Transformers. Un mecánico de autos (Mark Wahlberg) y su hija (Nicola Peltz) hacen un descubrimiento que provoca que bajen a tierra los Autobots y los Decepticons, mientras un funcionario del gobierno paranoico estará detrás de ellos.
Todos sabemos que Michael Bay sabe hacer Transformers, eso está claro. Explosiones, autos gigantes, transformaciones, ciudades destruidas y una saga que ayudó a Hasbro con unos buenos millones de dólares. La magia no se perdió, pero un cambio es necesario y esta película lo reclama.
Algunos pensaron que tras el cambio de Shia LaBeouf, el aire fresco de Mark Wahlberg podía darle una vuelta a la saga. Pero no. Si bien Mark siempre es amigable, el problema pasa por la trama y por la continua pelea entre Autobots y Decepticons. La película tiene una trama bastante enroscada y que tarda mucho en dar cada giro y tiene momentos totalmente estirados sin sentido.
Un dato de color, creo que esta es una de las películas que más chivos (publicidad en pantalla) tiene. Paso a enumerar algunos de los que recuerdo: Samsung, Philips, Bud Light, Goodyear, Lamborghini (hay más, muchos más… ayuden a sumar!)
En cuanto a los efectos no hay que nada que criticar, hay escenas increíbles y paisajes sumamente aprovechados. En ese sentido, volvemos a sacarnos el sombrero. Lo único que nos dejó con ganas de más fueron los Dinobots que aparecen al final y están muy bien realizados. Es una película super pochoclera, con una extensión innecesaria para lo que se quiere contar y que agota su trama en la primera hora y media. Pero bueno, no todo termina... Michael Bay regresará con más en 2016...