"Necesitamos un nuevo líder"
Después de regalarnos el trabajo más serio de su exitosa carrera Michael Bay regresó a la saga que lo consolidó como uno de los reyes indiscutibles de Hollywood para ofrecernos un producto que deja sabor a poco.
Luego de la impecable “Pain & Gain”, Bay solo tenía que demostrarnos una cosa a todos aquellos que defendemos su talento detrás de las cámaras: confirmar que lo conseguido en aquella producción no había sido una mera casualidad.
Sin embargo, después de ver “La era de la extinción”, no solo nos quedamos con las cenizas de aquella esperanzadora teoría sino que también nos encontramos con un triste panorama que habla a las claras de que Michael Bay ya no tiene las energías suficientes para conducir el destino de estos personajes en la pantalla grande.
Resulta doloroso ver con nuestros propios ojos cómo se puede arruinar de forma estúpida e innecesaria una producción de excelsa jerarquía técnica al servicio de una historia que resume el “sueño del pibe” en su premisa: gigantes robots extraterrestres que luchan una guerra en el planeta tierra.
Alejándome del punto de vista más objetivo que puedo tener sobre una película, y hablando como un fanático de estos personajes, esta clase de producciones y este gran director, quiero decirles que “Transformers: La era de la extinción” me desilusionó al punto tal de preocuparme.
Nuevamente Bay, trabajando con un guión del impresentable Ehren Kruger, mordió la banquina al cargar la película de elementos boludos e insignificantes que no solo alargan la duración del film (llevándola casi a las 3 horas) sino que retrasan lo único que vale la pena destacar de estas producciones: la acción.
La última hora de esta nueva producción de Bay, donde disfrutamos de una extensa batalla que transcurre en Hong Kong y Beijing protagonizada por Optimus, los autobots y los Dinobots luchando en primer lugar contra Galvatron, sus secuaces y luego con Lockdown y su ejército, es descomunal y pelea codo a codo con lo mejor que supo ofrecer “Titanes del Pacífico” el año pasado.
Obviamente todos sabemos que el problema no radica ahí, sino en lo que antecede a ese épico cierre y que no es otra cosa que un combo fatal compuesto por personajes imbéciles e intrascendentes, pasajes de humor completamente forzados y un drama familiar que no emociona ni a un hiperestésico.
Mark Wahlberg y Stanley Tucci, las dos piezas de jerarquía dentro del elenco, están expuestos al ridículo en más de una ocasión de forma completamente innecesaria. El primero, por ejemplo, tiene toda una secuencia dentro de una nave espacial en la que da vergüenza ajena, mientras que el segundo da lástima en una escena que tiene lugar en un ascensor y que cualquier otro director con dos dedos de frente hubiera filmado solo para los poner en los extras de un dvd.
Ni hablar del resto: Nicola Peltz (no hace falta ser un genio para saber cuál es su aporte al film), Jack Reynor y el infumable de T.J. Miller son completamente inútiles para la trama al punto tal de que si se mueren en medio de la película (gracias a dios uno de ellos corre esa suerte) nadie los extraña.
Para aquellos que tanto se quejaban de Shia LaBeouf, Megan Fox y John Turturro aquí tienen un grupo de protagonistas que toma carrera y se esfuerza constantemente por caerles peor. Lo meritorio es que lo logran en tan solo una película.
Hay algo que no se puede negar de esta saga: a medida que fue avanzando, las dosis de acción fueron aumentando al punto tal de llegar a ser completamente abrumadoras y capaces de dejarte perplejo, como lo hacen más de una vez en esta oportunidad.
El problema fue que, en todos estos años, nunca se esforzaron demasiado por tratar de ofrecer un guión al menos decente (nadie necesita que sea perfecto) que acompañe las espectaculares batallas de los transformers que Bay filma de modo magistral.
Como nerd y fanático disfruté un montón al ver nuevamente a Optimus Prime y sus Autobots luchando frente a los Decepticons dentro de una película de carne y hueso (algo impensado hasta hace unos años atrás). De eso no queda ninguna discusión y aclaro que “Transformers: La era de la extinción” nuevamente cumple con creces a la hora de ofrecer espectaculares escenas de acción de incomparable magnitud.
Incluso llegue a disfrutar este nuevo cambio de paradigma donde los transformers pasan a ser enemigos de la humanidad y Optimus debe tomar nuevamente las riendas de un liderazgo perdido sobre los suyos.
Pero por primera vez todo lo demás me exacerbó demasiado y terminó por arruinarme la experiencia. Algo que no me había pasado ni siquiera con la mediocre “Transformers: La venganza de los caídos”.
Ahora bien, si de verdad los productores quieren seguir explotando de forma correcta estos maravillosos personajes dentro de la pantalla grande, llegó la hora de hacer un cambio radical. Y he aquí el primer paso:
Gracias por todo Michael Bay, sin tu enorme capacidad los transformers jamás hubieran logrado traspasar las líneas de los dibujos animados. Te agradecemos profundamente todo lo que hiciste, pero llegó la hora de dar un paso al costado.