Contra los molinos del cine nacional.
Pocos personajes del mundo de la distribución del cine nacional son tan histriónicos como Pascual Condito, el director de la distribuidora cinematográfica argentina Primer Plano Film Group. Tras la Pantalla (2015), el tercer documental de Marcos Martínez, se centra en la figura de Condito para narrar el cierre de la histórica sede de la distribuidora en Riobamba y Lavalle, como una metáfora de las dificultades del cine nacional para posicionarse en el ámbito local e internacional. El documental recorre todos los tópicos problemáticos de los distribuidores: la falta de apoyo del público argentino a las películas nacionales, la dificultad para competir contra los grandes estrenos de cine internacional, la imposibilidad de destinar presupuesto a la publicidad y la falta de incentivos del Estado para la distribución.
La particularidad del documental yace en la calidad de los entrevistadores, personajes conocidos del cine nacional, directores, actores, productores y críticos que se dan cita en la oficina de Condito para charlar y debatir sobre el pasado, presente y futuro del cine; escuchando, riñendo y conversando alrededor de las reflexiones de uno de los más idóneos representantes de la industria.
Condito narra los comienzos de Primer Plano a principios de la década del ochenta, su fascinación por el cine italiano, especialmente por la película Cinema Paradiso (Nuovo Cinema Paradiso, 1988) de Giuseppe Tornatore, su rol como distribuidor de cine europeo y asiático en el mercado nacional, y su posición como distribuidor de cine argentino alrededor del mundo. El fin de una era se convierte en el comienzo de una nueva. La desazón del cierre de la oficina y su posterior demolición abren el camino hacia nuevos horizontes.
Durante más de treinta años Primer Plano se consolidó como uno de los principales distribuidores de capital local, estrenando extraordinarias películas como El Juego de las Lagrimas (The Crying Game, 1992), Trainspotting (1996), Sostiene Pereira (1995) y Recursos Humanos (Ressources Humaines, 1999), entre lo más destacado del cine internacional, y Garage Olimpo (1999) e Historias Mínimas (2002) entre las nacionales, por dar algunos ejemplos. Martínez logra encontrar la esencia del compromiso de Condito con su pasión cinematográfica para ofrecer una visión sobre el cine no solo como negocio sino como forma de vida hecha carne a través de las relaciones familiares y el ejercicio de una profesión que apuesta cada vez más al marketing que al corazón, el instinto, el gusto o cualquier valor que no sea cuantificable.
En los últimos años, Primer Plano decidió abandonar la distribución de cine argentino en el país debido a la imposibilidad de competir con las grandes corporaciones multinacionales que se apoderaron de gran parte de la distribución de cine nacional, en consonancia con varias resoluciones de la Secretaría de Comercio. Tras la Pantalla da cuenta así de las dificultades congénitas que atraviesa la distribución independiente, la industria del cine y Primer Plano en particular, dejando un valioso documento sobre un protagonista de nuestro cine que tiene aún mucho para ofrecer a una industria que hoy estrena lo más anodino del cine y relega a las mejores películas al campo de la piratería.