Tras la Puerta es el regreso a la cartelera nacional del director húngaro István Szabó, realizador que cuenta con un prestigio ganado por películas que en su momento tuvieron una amplia repercusión en los círculos de la cinefilia local como Mephisto o Sunshine (quizás la película donde estuvo más placenteramente fotografiada la maravillosa Rachel Weisz). En esta oportunidad suma a Helen Mirren en el papel de Emerenc, una empleada doméstica con un pasado que es una incógnita y que vive en una casa donde nadie tiene permitido ingresar, de ahí el nombre de la película y MacGuffin de la misma. Szabó articula durante la narración el pasado que se esconde detrás de esa puerta que la Mirren defiende efusivamente.
El problema formal que tiene la película es que Szabó nunca pudo despojarse de la idea de que estaba haciendo un telefilm: las escenas más ricas de la película, cuando interactúan Mirren con Martina Gedeck (Magda, la novelista que pretende descubrir el pasado de Emerenc), terminan siendo teatro filmado, sin ningún tipo de vuelo formal. Szabó utiliza música de cuerdas rancia para mostrar la rutina de vida de Emerenc y nunca confía ni recurre al artificio, más allá de un flashback delirante donde empieza a construir el pasado de la protagonista (quizás el único momento de “cine” de la película, cuando ese rayo pone un atisbo de emoción a la vista).