Tras la puerta, no pasa absolutamente nada
Tras la puerta explora, en la Hungría de los años sesenta, la relación compleja y conflictiva entre Magda, una escritora que se encamina hacia el éxito, y Emerenc (Helen Mirren), la vecina de enfrente que se vuelve su mucama, una señora gruñona e imprevisible, con un pasado rodeado de rumores. Tras la puerta de la casa de Emerenc estarían escondidos supuestamente grandes misterios, en relación con la historia grande, la persecución de los judíos durante la segunda guerra mundial y el régimen comunista mortífero que la siguió.
El director István Szabó, un veterano de la cinematografía húngara, juega un poco con esto, insinuando en particular que Emerenc se habría aprovechado de una familia judía, ya que posee una parte de sus bienes. No obstante, el tratamiento de todo este contexto histórico resulta extremadamente superficial, pues el director prefiere focalizarse en pequeños momentos de la vida cotidiana que esclarecerían la relación tortuosa entre Madga y Emerenc, pero que en realidad son desprovistos de interés.
De hecho, esta película concentra lo peor de los telefilms: actuaciones pésimas (con la excepción de Helen Mirren, impecable), diálogos lenitivos, puesta en escena sin relieve, flashbacks muy torpes, hasta efectos especiales feos para agregar un toque de realismo mágico totalmente incongruente. Además, para colmo, probablemente por una cuestión de producción y conseguir la adhesión de Helen Mirren al proyecto y a pesar de que toda la historia transcurre en Hungría, se eligió como idioma el inglés.
Al final, lo mejor de esta película es la escena que revela lo que se esconde literalmente detrás la puerta, ese interior modesto y bien cuidado, con Emerenc dando de comer a sus nueve gatos y explicando por qué deja siempre su puerta cerrada: para que sus gatos no se escapen y sufran las desgracias del mundo exterior. Es precisamente uno de los grandes fracasos de esta película: deja la impresión de no haber tocado realmente los dramas que Emerenc atravesó en su vida, y esto a pesar de que fueron numerosos e importantes.