En la Sala Leopoldo Lugones del Complejo Teatral San Martín, durante el pasado mes de febrero, pudo disfrutarse de “Trenque Lauquen”, cuarto largometraje en la carrera de la realizadora argentina Laura Citarella (“Ostende”). Una propuesta singular, rodada íntegramente en la ciudad que le otorga nombre, y de donde la realizadora es oriunda. ‘Laguna redonda’ que anuncia la lengua madre mapuche, paisaje de planicie y pampas, al oeste de la Provincia de Buenos Aires; geografía atractiva para el marco cinematográfico, y que alberga el misterio que gira en torno a una mujer, como centro convergente de una laberíntica indagación hecha en elipsis temporal. Entre tantos libros que yacen olvidados en una biblioteca, “Autobiografía de una mujer sexualmente emancipada” porta un secreto escondido entre sus páginas. Este resulta el primer disparador de un relato estructurado en dos partes de dos horas de duración cada una de ellas, la obra fue seleccionada para participar del prestigioso festival de Venecia (sección ORIZZONTI).
Demorado durante la pandemia, este proyecto independiente y autogestivo, producido por El Pampero Films, adquiere una dimensión estética y conceptual notable, aspecto que la convierte en digna heredera de la mirada microscópica y observacional que Mariano Llinás ejerciera en “La Flor”, también de extenso metraje. En tiempos donde la afluencia a las salas ha menguado, valiente es la apuesta de una autora que rueda un film de desmedido metraje, destinado para el paladar cinéfilo más exclusivo. Con pulso lento, pero firme, “Trenque Lauquen” entreteje lo enigmático, lo fantástico, lo erótico y lo literario. Sobresale una omnipresente banda sonora y acertados rubros técnicos; las palabras entretejen sentidos, del texto a la voz. Laura nos conduce hacia ella. Estrenado en terreno nacional en el último festival de Mar del Plata y protagonizado por Laura Paredes, Verónica Llinás y Rafael Spregelburd, fue galardonada como Mejor Largometraje de los Premios Astor Piazzolla a la Competencia Latinoamericana.