Con la bandera de la independencia en alto, Laura Citarella, productora y realizadora, vuelve al ruedo con una épica película de cuatro horas, dividida en 12 capítulos, rodada en plena pandemia, que la puso, una vez más, frente a un personaje clave de sus relatos, Laura, a quien vimos en su ópera prima Ostende, y a quien veremos seguramente en otras ocasiones.
El disparador de Trenque Lauquen es una desaparición, pero, como siempre en el cine de Citarella, se nos invita a la acción, y a partir de allí esa deambularemos con inteligencia en los caminos del séptimo arte mezclando géneros y desarmando las posibilidades concretas de una expectación pasiva.