Tres deseos para Cenicienta

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Nuestra cartelera habitualmente no recibe cine de muchas latitudes. Es más, la pandemia intensificó lo que ya era una tendencia: la mayor parte de lo que vemos en pantalla grande, viene de Hollywood. Por eso, cada vez que alguna cinta llega a nuestro país de otra geografía, es motivo de curiosidad. Precisamente esto fue lo que me llevó a adentrarme en esta nueva versión de «Cenicienta», «Tres deseos…» de la directora noruega Cecilie A. Mosley, realizadora cuyo mayor desempeño ha sido en series de TV locales.
La premisa, en principio, parece haber sido respetar bastante la historia original de Cenicienta e incorporar mínimos elementos para explotar la profundidad de los paisajes y esbozar algún cambio para adecuar a los protagonistas a los tiempos que corren (de empoderamiento femenino)
«Tre nøtter til Askepott» parece estar pensada para no ser disruptiva ni generar debate. Sencillamente presenta el conflicto clásico que todos conocemos y hemos visto hasta el cansancio, en un escenario distinto. Bello, bien fotografiado y con una cantante en ascenso como protagonista.
Sí, me refiero a quien juega el rol de Cenicienta, Astrid Smeplass, una de las figuras del «Pop idol» noruego allá por 2013. Ella lidera las acciones, como la pobre niña a la que su familia trata de martirizar y molestar con tareas domésticas. Astrid se muestra como una mujer decidida, dispuesta a defender sus ideales y creencias, a tono con un perfil menos sumiso y más fuerte.
Su coprotagonista es el príncipe que interpreta Cengiz Al, un simpático y decidido muchacho que queda deslumbrado no sólo por la belleza de la dama, sino por su ímpetu y convicciones. Y es aquí importante destacar que a diferencia de las historias al estilo Disney, hay menos magia y más paisajes helados. Es decir, el tono del film bucea en una historia más humana, y menos etérea.
Esto no funciona en forma tan ajustada y se nota cierta confusión a la hora de avanzar con la trama. Lo esperable no se corporiza tan fácil excepto el rol de la villana, la impecable Ellen Dorrit Petersen, quien luce centrada, incluso dentro de su peinado, lo cual no es poco!
El ritmo del film es adecuado y la canción principal, una delicia (pueden verla aquí: https://www.youtube.com/watch?v=qehdAKRYf9w ) y un gran hit de la Cenicienta noruega. Los rubros técnicos cumplen, con la fotografía como ariete principal, desde ya.
En líneas generales, no considero que esta versión aporte algo distinto a las anteriores (aunque está basada en otra peli checa de 1973 que sí era original por su mix navideño) y no está bueno (creo) que sólo pueda verse doblada. Pero entiendo la necesidad del mercado para ser lanzada aquí. Considero que podría darsele una oportunidad de visionado, si están dispuestos a redescubrir un personaje clásico, desde una óptica nórdica. Podría funcionar.