Una independencia que todavía genera polémica Una independencia que todavía genera polémica
Acompañada de su momento de "escándalo" durante la proyección en competencia del Festival de Cannes 2010, la producción franco?argelina Tres hermanos, tres destinos no sólo fue noticia allí, sino también desde su nominación como mejor film extranjero para los Oscar 2011. La reciente edición en dvd --cuyos catálogos cinéfilos, sea el sello editor que sea, distan de ser buenos, así como patéticos en lo relativo al rescate cinematográfico-? habilita a la consulta del film, así como a su puesta en discusión.
Todo esto porque, aquí el tema, la película de Rachid Bouchareb (Días de gloria, London River) aborda la independencia de Argelia entre su declaración y el desenlace de la Segunda Guerra, allí cuando el 8 de mayo de 1945 Francia era una fiesta y las calles de Sérif, en tanto, un espectáculo de sangre. Entre el flamear de los tres colores franceses y el verde argelino de la liberación se estructura la historia de estos tres hermanos, echados de niños de sus tierras, refugiados en Francia, partícipes en Indochina, encarcelados, así como artífices del Frente de Liberación Nacional.
Cada uno de ellos desde una caracterización específica y necesaria al desarrollo argumental. Esto es: el intelectual, el brazo ejecutor, el escurridizo. Los tres, en este sentido, como resortes para el mecanismo de un relato que, vista la consideración, puede atentar contra el verosímil de la historia, sujeta como se encuentra a un marco histórico real.
Si se pueden dejar tales cuestiones a un (mero) costado, aparece el fresco general al que la película arroja. Y no es poco destacar el lugar sanguinario que las milicias y policía francesas ocupan, así como tampoco el fundamentalismo en el que caen como víctimas los hermanos. Hay una adhesión incondicional, pero no es la misma para todos, a la vez que confrontan entre sí desde el propio grupo familiar. Es decir, se trata también de orientar al espectador en el contexto, en el conflicto, mientras se lo adentra desde simpatías/antipatías. Los tres hermanos, los tres "fuera de la ley" (tal el título original), sobrellevan el relato desde la pulsión de emociones distintas.
Es así que el film de Bouchareb conoce momentos de desnivel, dada la pretensión totalizadora de contar tanto, de abarcar tanta complejidad, y de reducirla a un trío de síntesis. El riesgo, como en toda empresa similar, es siempre el de un mismo desnivel. Pero, de todos modos, no deja por ello de encontrar sus buenos momentos: el puñado de tierra, el pan para la prostituta, el disparo en la pierna, las manos que estrangulan. Todos ellos detalles pequeños, que mejor y más dicen por, justamente, pretender menos.
De todas maneras y como certeza final, la película celebra la independencia de Argelia. Y ha sido ello, y no otra cosa, lo que supo despertar --hoy día-? un momento de revuelo.