Códigos eran los de antes
Sostenida en las actuaciones de Christopher Walken y Al Pacino, Tres tipos duros (Stand Up Guys, 2012) vuelve sobre la redención de tres ladrones en el epílogo de sus vidas. Divertida, por momentos genial, la historia tiene su punto fuerte en la construcción de los atractivos personajes más que en las escenas de acción.
Val (Al Pacino) sale de la cárcel luego de una larga condena. Ya anciano se reencuentra con su compañero de andanzas Doc (Christopher Walken) ahora retirado del crimen. Pronto, se reunirán con Hirsch, el tercero en discordia (Alan Arkin), y no tardarán en recuperar los viejos hábitos.
Tener en una misma película a Christopher Walken y a Al Pacino juntos ya es una buena propuesta para acercarse al cine a ver esta película. Más aún, si ellos componen a los personajes que los llevaron a la gloria en sus respectivas carreras. Pero aún más, si la película los ubica en el fin de sus vidas, para hablar de los códigos y valores que los llevaron a ser amigos, por más malandras sean.
Es difícil en el cine de hoy en día encontrar personajes queribles. Y lo es porque es difícil encontrar desarrollo dramático de los personajes. Todo parece centrarse en la acción y el despliegue visual. Por la vereda opuesta marcha firme Tres tipos duros, centrando su acción en sus protagonistas y en las decisiones trascendentales que deben tomar. Y siempre lejos del drama, con humor y simpatía.
La película plantea toda una declaración de principios al respecto de los tiempos que corren: los personajes están del lado de la resistencia, a la vanguardia de lo moderno. Y ahí el chiste del argumento, deberán mostrar –y demostrarse- si todavía son capaces de hacer valer sus viejos códigos en el ambiente delictivo.