Parece que ya no hay proyectos para viejos actores más que los autoparódicos regresos de la "Vieja Guardia". Aquí, Pacino -cuyo personaje sale de la cárcel después de cumplir una condena de 28 años-, su amigo Walken (que está obligado a matarlo para cumplir con la venganza de un mafioso) y Arkin (que aparece bastante poco en pantalla) son los antihéroes del relato (apenas llevadero) en el que tomarán Viagra para tener sexo con prostitutas, robarán un auto deportivo y andarán a los tiros por allí. Hay algo orgullosamente grasa (bienvenido sea) en la propuesta, que no se atiene a los dictados del buen gusto, pero la cosa no va mucho más allá del "concepto" de los veteranos retomando la acción. Los tres aportan lo suyo con la profesionalidad de siempre y por allí deambulan las actrices en papeles menores y estereotipados. Es que esto es cosa de hombres (viejos). Los buenos muchachos están vivitos y coleando.