Una pareja burguesa, normal, de una Berlín hiperculta, se enamora. Precisemos: tanto él como ella se enamoran del mismo hombre. Lo que hace el siempre creativo y a veces desbordado Tom Tykwer es seguirle el pulso a la historia con lo que tiene de dramático y de humorístico, aunque a veces se pasa de la raya tratando de pintar, además, un panorama cultural mientras cuenta un triángulo amoroso. Lo mejor: los personajes parecen personas reales, y eso es un logro importantísimo en el cine de hoy.