Simetrías y paralelismos
Tom Tykwer, el realizador alemán que por estos momentos resuena en los oídos de todo el mundo al ser uno de los responsables de Cloud Atlas junto a los creadores de Matrix, se arriesga en este sugerente film que roza por un lado lo experimental y por otro cierta teatralidad para exponer las aristas retorcidas de las relaciones humanas representadas desde un triángulo amoroso con el trasfondo de la crisis de los 40 en su faceta más existencial.
Eso es a grandes rasgos lo que define el universo cinematográfico de 3 (Drei), un relato plagado de reflexiones sobre la vida, el amor, el sexo y la muerte a partir de la utilización de dos elementos que desde el punto de vista narrativo abren espacios a la multiplicidad y ensanchan las posibilidades de yuxtaponer estas historias de tres personajes: las simetrías y los paralelismos.
El destino y el libre albedrio así como la trascendencia como meta humana también entran en juego en la trama que desde el primer minuto, donde un travelling -acompañado de una voz en off- nos confronta en nuestra pasividad de espectadores con las ideas que se desarrollarán en el relato, refleja a las claras la ambiciosa película que el director de Corre Lola corre tenía entre manos.
Los actores Sophie Rois y Sebastian Schipper interpretan en este caso a una pareja alcanzada por la rutina y el desgaste de 20 años de convivencia y con la necesidad de búsqueda de nuevos aires y horizontes, puertas afuera. Ese deseo inconfesable por ambos, quienes continúan interpretando su rol de esposo y esposa en la dinámica de la pareja se ve concretado cuando entra en escena el tercero en discordia en la piel del actor fetiche del cine alemán contemporáneo Devid Striesow.
El triángulo amoroso no tarda en construirse pero se bifurca en dos direcciones que no son otra cosa que una relación heterosexual y otra homosexual como cachetazo a las convenciones más conservadoras que hacen del matrimonio y la familia nuclear un valor inquebrantable.
Sin embargo, al elemento de la relación entre los tres se le integran todo tipo de variables rayanas al experimento de carácter social y psicológico, en el que prevalece por sobre todas las cosas la ironía del realizador alemán y para quienes no reparen en este detalle simplemente basta con decir que observen el desenlace del film donde todo ese entramado y circulo cierra de manera perfecta.
La mezcla de registros que van del melodrama más crudo a los enredos con paso de comedia y a la sobre exposición desde el punto de vista de la actuación son un verdadero hallazgo para una película diferente, que data del 2010 y que solamente se había podido ver en el festival de cine alemán.