“Triangulo” trata la vida de tres personajes atrapados en su soledad, culpa, pasión desesperanza, vacío, que no forman parte de la prosperidad alemana.
Thomas (Benno Furmann) acaba de enterrar a su madre, un hombre atlético expulsado del ejercito, con ocupaciones transitoria y muchas deudas para afrontar. Los acreedores se llevan su dinero que tenía escondido en el jardín de su madre y le dan una golpiza.
Una vez recuperado se cruza con Ali (Hilmi Sozer), hombre primitivo, astuto para los negocios y desconfiado, cuya única preocupación es que los empleados de los bares de los que es propietario no le roben.
Thomas saca de un apuro a Ali en una situación en la cual interviene la policía, la que le quita el registro de conductor por manejar alcoholizado. En agradecimiento lo contrata Thomas como su chofer permanente.
Al le presenta a su mujer Laura (Nina Hoss), una hermosa mujer con pasado no muy claro que conforma su pareja muy lejana del amor y próxima a la seguridad económica, situación que trae al recuerdo la novela y las versiones fílmica de “El cartero llama dos veces”.
Laura y Thomas se atraen, la relación se hace cada vez mas intensa y planean la muerte de Ali, para que se termine el maltrato que le daba a su mujer y de esa manera para conseguir la libertad que tanto desean. Quieren amor y también seguridad, camino los lleva a la traición.
Hay dos frases en esta realización, cuando Ali afirma “vivo en un país que no me quiere, con una mujer que compre”, y cuando Laura dice, “si no tienes dinero no puedes amar.”
La base de todo es a base del dinero, convirtiéndose en el cuarto personaje que juega un rol importante en la trama de este triangulo.
El desenlace sorprende, induce al espectador a preguntarse si un crimen cabe que ocurra en esta trama.
Una historia interesante desarrollada con una trama atractiva y diálogos precisos en el guión, que contó con una muy buena dirección de Christian Petzold, quien contó con un reducido pero muy efectivo plantel interpretativo y un equipo técnico muy idóneo.