Triángulo

Crítica de Ezequiel Obregon - EscribiendoCine

El Triángulo Perfecto

Triangulo (Jerichow, 2008) del realizador alemán Christian Petzold (La seguridad interior, Fantasmas, Yella), está inspirada en la novela El cartero llama dos veces de James M. Cain pero adaptada al universo de Alemania del Este tras la caída del muro. La misma formó parte de la apertura del Festival de Venecia 2008 en el que la actriz Nina Hoss, ganó el premio a la mejor intérprete y fue película de clausura en el BAFICI 2009.

Ali es un inmigrante turco que ha sabido forjarse una muy buena posición económica en Alemania. Lo ha logrado mediante un trabajo que le demanda una violencia a flor de piel, la que lo lleva a explotar a otros como él, pero de menor posición. Posición de la que también forma parte su esposa, una mujer bella que carga con un pasado turbio. La ruptura de ese delicado equilibrio se produce con la casual llegada de Thomas, un ex combatiente a quien sólo le ha quedado vivir de la limosna estatal.

Petzold, al igual que en Yella, construye una película que está impregnada de realidad pero que a través de su puesta parece ser el reflejo de un sueño. O, mejor dicho, de pesadilla. La pesadumbre que recorre el andar de los tres personajes, las tensiones que van emanando, la excelente fotografía que sabe exaltar cada gesto, cada posición del cuerpo, le dan a su film un sesgo trágico que estalla hacia en el final.

Tanto Benno Furmann como Hilmi Sozer componen a la perfección a sus personajes. Nina Hoss no ofrece nada menos que ellos, con su presencia queda claro que es una de las mejores actrices del nuevo cine alemán.

Triangulo es un relato de intenso dramatismo, aún cuando el aire de El cartero llama dos veces esté más que presente a su alrededor. Film al que, además de la pasión, su director le agrega connotaciones políticas y sociales muy vigentes en la contemporaneidad, logrando un resultado final que roza la perfección.