Como ocurrió con la primera entrega estos muñecos de gran pelambre y recorrido tienen como excusa la música. Primero estuvieron juntos con una lira gigante que contentaba a todos hasta que las preferencias musicales provoco la división en reinos: el pop, el country, la música clásica, el punk, el tecno. Y a eso hay que sumarle en K-pop, el reggaetón, y cuanto género musical se aparezca, calificados como orgullosos de sus melodías o como villanos a sueldo que utilizan sus preferencias para seducir, raptar y anular. El problema es que la reina del rock heavy tiene ambiciones expansivas y no tolera otros gustos. A eso se enfrenta la reina del pop y su ingenuidad. Dedicada especialmente a los más chicos, tiene líneas de diálogo y una específica y bien elegida banda de sonido que la hace especialmente seductora.