Finalmente y luego de una larga espera, los amantes de las cintas de animación tendrán el retorno de los Trolls a la pantalla grande (recordemos que hay serie para los que aún no las vieron!). Con el regreso de los cines, era esperable que volvieran estos simpáticos y coloridos reyes del ritmo.
La primera entrega en salas fue en 2017 y recaudó más de 346 millones de dólares en el mundo. Si, es una cinta costosa (aquella tuvo un presupuesto de 125) pero ha impulsado no sólo merchansing, sino también una gran cantidad de hits en las plataformas musicales. Por eso es importante decir que estamos frente a un gran evento que funciona como un buen menú familiar, los gnomos de «Trolls» son divertidos y coloridos para la platea menuda y por el otro, ofrecen un enfoque que engancha a los mayores de la sala por la diversidad de los éxitos que desfilan en su banda de sonido.
Walter Dorhn repite la dirección, esta vez junto a un nuevo coequiper, David P. Smith. ¿Qué ofrecen de nuevo aquí? No demasiado debo decir, en términos de originalidad. La trama se plantea en una expansión del universo de estos simpaticos Trolls, que cierto día descubren que no sólo ellos existen en ese mundo. Sí, una milenaria historia sobre el origen de la cultura de la especie cuenta que hay distintas tribus (seis) que cada una vive un estilo de música diferente, que la hace única y particular.
Y cada tribu (Funk, Country, Techno, Classical, Rock y Pop, esta última con los personajes que ya conocemos bien) posee una cuerda de una especie de dispositivo que vuelve poderoso a quien logre obtenerlas a todas.
La reina Barb (Rachel Bloom en la versión anglosajona) es la número 1 de la familia Rock Trolls y una vez que descubre esta historia, comenzará la visita de los distintos grupos (cada cual con su género eh!) para conseguir todas las cuerdas y que «solo haya rock». De más está decir que Poppy (Anna Kendrick) y Branch (Justin TImberlake) comenzarán la odisea de impedir los malvados planes de la fémina rockera y en ese peregrinar, viviremos una experiencia intensa en términos sonoros. De lo mejor.
No vamos a descubrir aqui lo ajustada que es la OST de estos pibes. Es un placer escucharla. Lejos, hace la diferencia.
La verdad es que «Trolls World Tour» tiene un guión promedio, nada que mueva demasiado la aguja, pero donde se destaca en forma notable, es el aspecto musical. Es imposible no salir del cine tarareando sus canciones, una mejor que la otra y ofreciendo una variedad, más que destacada. Es una batalla de éxitos, muchos clásicos (la nueva versión de «Girls just want to have fun» de Cyndi Lauper que hace Kendrick es más que una curiosidad) y ritmo garantizado a lo largo de toda su extensión
Quizás no sea la mejor secuela dentro del género animación y está bien. No tiene porqué serlo. Debemos sí coincidir que ha generado una movida divertida, liviana y que invita al movimiento. No es poco.
«Trolls World Tour» es una buena invitación para que la familia vuelva a las salas a pasar un rato divertido. Como en los viejos (y prepandémicos) tiempos.