Trolls

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

La nueva producción de DreamWorks Animation es una colorida, festiva y vertiginosa propuesta musical, pero que resulta demasiado derivativa de otras sagas.

Imaginen unos protagonistas que remiten a Los Pitufos y unos malvados que se parecen bastante a los ogros de Shrek, un uso de la música en la línea de Happy Feet, un ritmo trepidante como en Kung Fu Panda y referencias varias a los cuentos de hadas como La Cenicienta o a Willy Wonka y tendrán una idea bastante clara de Trolls, un film vistoso (por momentos deslumbrante en términos de animación), pero no demasiado creativo ni mucho menos sorprendente.

Por un lado están los Bertenos, unos ogros gigantescos y neuróticos cuyo único día de felicidad en el año es el Trolsticio; o sea, cuando pueden salir a atrapar a los diminutos y queribles Trolls, suerte de gnomos alegres que viven en el bosque. Pero -hartos ya de esos ataques- los pequeños protagonistas huyen a tiempo y se esconden de sus agresores durante mucho tiempo, por lo menos hasta que una rave (sí, organizan una fiesta de música electrónica) los delata y la persecución se retoma.

Los personajes (todos “interpretados” por actores famosos) son elementales y esquemáticos: entre los Trolls está la simpática, entusiasta y optimista Poppy (Anna Kendrick) y el siempre miedoso y gris Branch / Ramón (Justin Timberlake); el rey de los Bertenos está a cargo de John Cleese; su triste hijo, de Christopher Mintz-Plasse; y la malvadísima de turno, de Christine Baranski (yo pude ver la versión subtitulada pero imagino que la inmensa mayoría de las funciones serán con la doblada).

Inspirado en los muñecos creados en 1959 por el danés Thomas Dam, Trolls es una sumatoria de situaciones no demasiado inspiradas matizados por números musicales con temas populares de fondo (desde September, de Earth, Wind & Fire, hasta True Colors, de Cyndi Lauper). De todas maneras, lo mejor de la película es el irresistible hit Can’t Stop the Feeling!, de Timberlake. Lástima que ya lo venimos disfrutando desde hace medio año y no es, por lo tanto, una novedad que aporte la película.