Los “Trolls” son más divertidos en pantalla grande
Sorprende esta película, entretenida, colorida, llena de personajes simpáticos y queribles. Sorprende, en especial, porque los trolls nunca fueron lindos, y menos los truchos que se venden en las estaciones, o todavía cuelgan de la cintura del caballero o la cartera de la dama. Tampoco eran lindos los dibujitos que alguna empresa televisiva cometió (más que acometió) años atrás. Pero esta película zafa y se hace querer.
Hay una pareja protagónica de carácter antagónico: la princesa siempre alegre y despreocupada y el tipo amargo, desconfiado y descolorido. Un montón de gnomos, puro canto, baile y abrazo (curiosamente a horario, lo que luego permitirá distinguir entre alegría y felicidad). Hay flores y bichos indefinibles, y una nube bromista. Los malos son unos ogros graciosos que capturan trolls para engordarlos y comérselos en una fiesta anual. Dicho sea de paso, la ogra o lo que sea que interrumpe una fiesta tecnotróllica parece descendiente directa de la bruja que enfrentaba al mago en "La espada en la piedra". No es el único "homenaje" que veremos, ni que escucharemos, porque además esta cinta rebalsa de canciones, desde "Los sonidos del silencio" (muy linda versión) y mucha música disco en adelante.
Hay una lucha: la princesa y el amargo se unen para salvar a los gnomos cazados por los ogros. Y una lección, a medida que ella se pone seria y el otro se hace más sociable. Y colores, colorinches y chistes, todo bien hecho especialmente para niños chiquitos y padres de corazón medio ochentoso. Responsables, Mike Mitchell, Walt Dohrn y otra gente que viene de hacer y/o escribir unos cuantos capítulos de Bob Esponja y cosas por el estilo. Voces en la versión original, Anna Kendrick y Justin Timberlake, también autor del tema principal. Voces en la versión doblada, Belinda y Aleks Syntek.