Finalmente se estrenó la secuela de Tron en las salas, esta vez grabada con cámaras y en 3D con un reparto que incluye a Jeff Bridges, Gaerrett Hedlund, Michael Sheen y Olivia wilde. El director es el debutante Joseph Kosinski.
El film está situado en nuestros días, en los que Kevin Flynn (Bridges) ha desaparecido y su hijo Sam (Hedlund) va a buscarlo al mundo digital sin saber que hay alguien esperándolo con siniestros planes que nuestros héroes deben evitar.
Como se ha visto en los avances publicitarios, Tron: El Legado es un film que deslumbra visualmente, tanto por el diseño de sus vehículos como por sus trajes y su fotografía. Como en su predecesora, algunos de los vehículos fueron hechos por un diseñador industrial, en este caso el alemán Daniel Simon, la fotografía estuvo a cargo de Claudio Miranda, conocido por su trabajo en El Curioso Caso de Benjamin Button (de David Fincher, mentor de Kosinski), cuyas características de trabajo se repiten, con alguna variante: la imagen en Tron: El Legado tiene claroscuros, al principio el film tiene un tono casi sepia y también incluye movimientos de cámara muy suaves y precisos, sin contar que fue grabada digitalmente como en el caso del film del 2008. La variante en la imagen viene del look "Tron" que se resume en trajes iluminados por LED con tonos fríos y cálidos y el diseño de la arquitectura decididamente digital. Otro elemento que se relaciona con El Curioso Caso de Benjamin Button es el uso de la misma tecnología para rejuvenecer varias décadas a un actor (Bridges en este caso) pero esta vez los resultados son mediocres, con la posibilidad de distraer al espectador con la pobreza del efecto. Un recurso visual interesante que se utiliza en el film es el pasaje de 2D, en las escenas del mundo real, a 3D en el mundo digital, lo cual puede compararse del pasaje de imagenes sepia a Technicolor en El Mago de Oz.
Con respecto al guíon de Tron: El Legado, éste logra reestablecer la historia en nuestros días, introducir a nuevos personajes y crear espectaculares escenas de acción. El problema es que se introducen nuevos personajes solamente para ser utilizados en una próxima secuela, lo cual crea la impresión el público que el film está parcialmente incompleto debido a que los realizadores están utilizando a la película como un mero segundo acto y no como una historia completa. Otro defecto es la simpleza con la cual están escritos algunos de los personajes principales, en especial en el caso de Quorra (Wilde) e inclusive el guión por momentos tiene poca claridad narrativa, a pesar de lo básico del relato.
Por suerte, una dirección prolija de Kosinski permite no lleguar a aburrirse en ningún momento, sin por ello recurrir a un montaje plagado de cortes rápidos y confusos. La música de Daft Punk es enérgica, atractiva y más que adecuada para el film, lo cual permite otro punto de atracción para los espectadores más jóvenes.
Tron: El Legado tiene mejor ritmo que el film original, aunque no logra sortear varios de los mismos problemas que sufrió la anterior entrega, aunque finalmente es entretenida. Ahora habrá que esperar a ver si el film en cuestión triunfa en la taquilla para continuar con el resto de la historia.