That´s 80s show
El año pasado me sorprendía (a mí misma) disfrutando sobre manera de Star Trek. Como escribiera en aquella ocasión, reconozco que no suelo adherir a los títulos de ciencia ficción, y mucho menos a las remakes y secuelas de los mismos. Sin embargo, soy absolutamente permeable cuando me cruzo con películas que saben inteligentemente mantener la esencia y los cimientos de los originales, a la vez que inscriben nuevas directrices argumentales y estéticas para renovar el género.
Tron, el Legado es sin lugar a dudas, una de esas películas. Dirigida por Joseph Kosinski, fue producida por Disney con la última tecnología en 3D, y cuenta con las actuaciones de Jeff Bridges, Garret Hedlund y Olivia Wilde.
En 1982, también Disney estrenaba Tron, pero dirigida por Steven Lisberger. Aquella no fue al parecer una gran película, sin embargo quedó en la memoria de tantísima gente debido a sus avanzados efectos especiales, a la vez que remitía al mundo de la tecnología, al describir el furor de los videojuegos y el auge de lo cibernético que se vivía en aquel entonces.
Es así, que Tron, el Legado cuenta la historia de Sam Flynn, un joven que sigue obsesionado por la desaparición de su padre, Kevin Flynn, quien fuera el más importante desarrollador de videojuegos del mundo. Tras recibir una extraña señal de la Flynn Arcade- señal que sólo pudo haber sido enviada por Kevin- Sam se adentra en un mundo cibernético plagado de aventuras y peligros.
Para quienes creíamos que los mejores efectos visuales del año, se encontraban en El Origen (de Christopher Nolan), esta nueva secuela pone en tela de juicio nuestras creencias. Además, la técnica 3D no solamente sirve para enriquecer dichos efectos, sino que está utilizada con el rigor de sustentar narrativamente al film.
Acaso, si habría que reprocharle algo a Tron, el Legado serían cuestiones relativas al guión, ya que pasadas sus tres cuartas partes de duración, el ritmo decae. Y lo hace tanto o más, que su veracidad, o mejor dicho su originalidad. Hacia el final, la historia se asemeja más y más a una trágica fábula, donde la unión filial se ve amenazada por fuerzas oscuras, que paradójicamente fueron creadas por el mismo Kevin Flynn. Los paralelismos con historias bíblicas son innegables, y el “fantasma” de Star Wars merodea constantemente (aunque este “fantasma” logre en más de un momento muy buenos resultados).
Tron, el Legado aunque se sumerja en la época de los ´80 más que nada gracias al trabajo del dúo Daft Punk, con música de aquellos años, logra acercarnos a la estética y espíritu ochentosos con varios tipos de guiños, entre ellos cinematográficos. Y demuestra así que, a diferencia de lo que decía el slogan de la serie televisiva That´s `80 show, no se trata de los años que todos quisiéramos olvidar.
Buena opción para los amantes del género de ciencia ficción, buena opción para los seguidores de la primera Tron, y buena opción para quienes estén abiertos a nuevas propuestas, que sepan administrar en cuotas parejas efectos y narración. No por nada se adueño de la taquilla en los EEUU, con una recaudación de 43,6 millones de dólares en su primer fin de semana de estreno.