Producida por una verdadera estrella del medio Jerry Bruckheimer, es una película bélica con todas sus convenciones y lugares comunes, con elementos de western, humor machista y heroico, para mostrar un hecho poco conocido. Se basa en el libro de Doug Stanton, “Horse Soldiers”. En un operativo que tiene mucho de improvisado y absurdo: Después del atentado de las Torres en Nueva York, un grupo de boinas verdes son mandados a Afganistán como primer respuesta improvisada, son doce hombres que no tienen ni idea del terreno, ni saben diferenciar aliados y enemigos, que deben contactarse con un general amigo y derrotar a una fuerza de los talibanes, muy bien pertrechada. Los norteamericanos no saben ni andar a caballo, salvo el líder, que si bien nunca estuvo en combate, se crió en un rancho. Apoyados por la fuerza aérea y con su propio esfuerzo logran una victoria que, luego a su regreso, fue poco reconocida. El tono en general es de valientes soldados que nada cuestionan contra un jefe talibán que además de atacar, mata mujeres, estudiantes, y se transforma en imagen como el mismo demonio. Dicho esto, para los amantes de los filmes bélicos, hay que reconocer la pericia del director Nicolai Fuglsig para filmar y diseñar las escenas de acción con mucha pericia. Y en el elenco esta correcto Chris Hemsworth lejos del dios vikingo, muy bien el siempre talentoso Michael Shannon, Michael Peña y Trevate Rhodes. Técnicamente impecable, todo el tiempo obvia, ideológicamente convencional.