Hubo un momento –en realidad varios, pero aquí nos interesa uno- extraño en la última entrega de los premios Oscar. Entre tanto palabrerío a favor de las mujeres y cuanta minoría exista, la Academia de Hollywood dispuso uno homenaje a las películas bélicas dedicado a “los hombres y las mujeres de nuestras fuerzas armadas”. A ellos también, aunque no se aclare, parece apuntar Tropa de héroes.
Clásica producción bélica con la huella patriotera del productor Jerry Bruckheimer, la película recrea una de las primeras misiones militares estadounidenses en Afganistán después del 11-S, ocurrida cuando un grupo de doce soldados, encabezados por el Capitán Mitch Nelson (Chris “Thor” Hemsworth), partió de la base de Uzbekistán con el objetivo de destruir a una milicia enemiga ubicada en pleno corazón del dominio talibán.
Y hasta allí llegarán los doce fuertes del título original, no sin antes arrasar con cuanto hombre con turbante se les cruce en el camino y monologar en los tiempos libres sobre las bondades de la libertad y la Democracia. Película maniquea con buenos inexorablemente buenos y malos muy, pero muy malos, Tropa de héroes tiene, eso sí, escenas bélicas muy logradas, filmadas con sobriedad y solvencia, ideales para que Trump piense, al menos por un rato, en reconciliarse con Hollywood.